900x100

Colegiación de ingenieros agrónomos, una necesidad de larga data

Cuatro profesionales locales, pertenecientes a la primera camada de matriculados, cuentan su experiencia y los beneficios que traerá para su trabajo y la sociedad.

De izquierda a derecha, ingenieros agrónomos Fernando Paladino, Ricardo Silvestro, Osvaldo Iriarte y Gerardo Fernández



​por Miguel Viñuales (ZonaCampo)


"Era algo que necesitábamos desde hace tiempo, sobre todo para los que recién empezábamos, porque desde que te matriculabas quedabas dentro de una institución que nucleaba a todos los ingenieros de todo tipo de la provincia, con necesidades y cuestiones diferentes a las nuestras", explica el ingeniero agrónomo Osvaldo Iriarte quien, junto a Fernando Paladino, Ricardo Silvestro y Gerardo Fernández, es parte de la primera camada de matriculados del recientemente constituido Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires.


Uno de los puntos difíciles, según Iriarte, era cumplir con las exigencias de aportes previsionales, que resultaban desproporcionadas en relación a los ingresos de los primeros años de profesión. Pero más allá de ello, había también una sensación de ser postergados.


"Generalmente veíamos que se priorizaban capacitaciones o cuestiones referidas a lo civil o industrial, y no tanto a lo agronómico. Es una cuestión que viene de muchos años, en algún momento se creó un departamento específico pero tampoco se le dio la importancia que merecía, teníamos necesidad de autonomía" agrega Ricardo Silvestro, actual presidente de la Asociación local de ingenieros agrónomos.


"La nuestra es una profesión con muchos graduados, veíamos que en la demás provincias había un colegio propio, que fundamentalmente cumplía un función rectora respecto de la receta agronómica, que existe desde siempre pero en Buenos Aires faltaba un organismo que controlara y exigiera su aplicación. Ese es uno de los grandes problemas que tenemos hoy, nos consideran casi los "malos de la película", debido a un uso irresponsable durante muchos años, y creemos que este nuevo colegio viene con mucha fuerza para dar una solución a este problema y muchos otros", remarca Iriarte.


"Desde 1986 existe formalmente en Olavarría la Asociación de Ingenieros Agrónomos, al igual que sucede en muchos partidos, hay círculos y asociaciones que venían empujando desde abajo, gran parte de este logro se debe al auge de las comunicaciones, se pudo trabajar mucho a distancia, se juntó a referentes de cada una de las 45 asociaciones de toda la provincia y se presentó a través del diputado Ricardo Lissalde, de Saladillo, un proyecto de ley que terminó dando lugar a este colegio, independiente y sin caja de aportes obligatoria, uno puede elegir dónde hacer sus aportes profesionales. En el colegio anterior, teníamos 1.680 matriculados en 50 años de vida de los 15.000 colegas, es muy poca representatividad. En este, ya vamos por los 800, en 35 días", explica Gerardo Fernández, quien estuvo desde los comienzos en la génesis del proyecto.


"Un colegio específico es de gran importancia para reglamentar el uso adecuado de agroquímicos, respondiendo a una demanda social que nos ve como personas que usamos indiscriminadamente productos dañinos, y esa no debiera ser la visión. Creo que tendrían que vernos como personas formadas y capacitadas para poder diagnosticar, recetar y aplicar racionalmente, de ser necesario, un agroquímico. El problema es el uso y abuso, sin el debido asesoramiento, que hay sido habitual en todos estos años, sin respetar dosis, momento de aplicación, condiciones ambientales", apunta Fernando Paladino. 


Entre otras cosas, se espera que el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires contribuya a posicionar a sus matriculados como responsables frente al uso adecuado de productos fitosanitarios, dando así respuesta a una importante demanda social.



Según los profesionales, este problema derivado de la compra libre de agroquímicos, actualmente vigente, termina dando lugar a este fenómeno de uso indiscriminado que moviliza a la opinión pública hacia la "demonización" de la agricultura, los agroquímicos y la profesión agronómica. Aunque la ley que exige la receta agronómica existe desde hace años, la falta de organismo de contralor deriva en que, en la práctica, las cosas funcionen como si no estuviera, dependiendo de la conciencia y responsabilidad particular de quienes los compran y aplican.


Todos los años que tardó en llegar han tenido su lado positivo, ya que el Colegio ha sido organizado de una forma moderna, federal, que apunta a la representatividad de la profesión de un enfoque más bien horizontal, con cuatro grandes regiones que nuclean a los profesionales de toda la provincia.


"Nosotros somos 11 localidades, y siempre se invita en cada reunión a representantes de las demás localidades, y de cada región se elige a dos representantes que van al Consejo provincial, que se reúne en La Plata. Las comisiones de las regiones cada cuatro años se renuevan por mitades, no se puede repetir la presidencia provincial y siempre tiene que ir rotando hacia otra zona. Hay muchísimo por hacer, recién estamos en los comienzos, venimos de reunión en reunión con todos los ministerios y lugares que nos identifican, para tratar de lograr un buen consenso", indica Ricardo Silvestro.


"Ya hay comisiones en el Congreso para la ley de agroquímicos que se está tratando, para la ley de semillas,varios aspectos que son centrales para nuestra profesión y que, de manera inexplicable, no estábamos incluidos en las decisiones. Suena como una locura, pero era básicamente porque no teníamos representación. Va a llevar tiempo, pero es un paso importantísimo", añade Gerardo Fernández.


Otro punto, más particular que viene a cumplir este nuevo colegio es la jerarquización de la profesión, cuestión pendiente en el sentir del ingeniero agrónomo promedio, ya que según los entrevistados, casi todos sus colegas, quien más, quien menos, siente que su profesión no es tenida en cuenta socialmente como a su criterio correspondería.


"Parte de los problemas del campo es por la falta de presencia de agrónomos en la producción agropecuaria, precisamente. Por eso buscamos que todos se sientan parte de este nuevo colegio, sentirse incluidos de una manera que no se vivenciaba en el colegio anterior, y como sucede en otras provincias, que estemos todos matriculados, y si alguien ve que un profesional está trabajando sin esta formalidad, poder hacerse la denuncia respectiva", agrega Ricardo Silvestro.


El proyecto inmediato del Colegio es crecer en matrícula, por lo cual los entrevistados remarcan la importancia de que los profesionales del sector se sumen. El trámite es muy sencillo, y se cuenta con una red de información muy rápida vía whatsapp y otros canales, mediante la cual se evacúan todas las consultas. Para más información, llamar o escribir a Osvaldo Iriarte (2284 582941) o Ricardo Silvestro (2284 474762)



ÚLTIMAS NOTICIAS

28 Marzo 2024
 La firma pampeana brindó su remate mensual en su sede de General Acha con 4000 vacunos encerrados y los siguientes valores obtenidos...
28 Marzo 2024
 La firma representada en Olavarría por Barragán y Mesa Negocios Agropecuarios brindó su habitual remate mensual en sus instalaciones propias de San Jorge, con un encierre de 1765 cabezas y los siguientes resultados...
27 Marzo 2024
La empresa americana, líder mundial en materia de genética y biotecnología, transita su séptimo año en Argentina y apuesta fuerte al centro bonaerense de la mano de Grainvit, su distribuidor en Olavarría, Azul y Tandil.. Visitamos la Expo Turbo que r...
Inminente presentación del proyecto del nuevo Mata...
Un ingreso reducido y de buena calidad impulsó los...
 

Colegiación de ingenieros agrónomos, una necesidad de larga data

Cuatro profesionales locales, pertenecientes a la primera camada de matriculados, cuentan su experiencia y los beneficios que traerá para su trabajo y la sociedad.

De izquierda a derecha, ingenieros agrónomos Fernando Paladino, Ricardo Silvestro, Osvaldo Iriarte y Gerardo Fernández



​por Miguel Viñuales (ZonaCampo)


"Era algo que necesitábamos desde hace tiempo, sobre todo para los que recién empezábamos, porque desde que te matriculabas quedabas dentro de una institución que nucleaba a todos los ingenieros de todo tipo de la provincia, con necesidades y cuestiones diferentes a las nuestras", explica el ingeniero agrónomo Osvaldo Iriarte quien, junto a Fernando Paladino, Ricardo Silvestro y Gerardo Fernández, es parte de la primera camada de matriculados del recientemente constituido Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires.


Uno de los puntos difíciles, según Iriarte, era cumplir con las exigencias de aportes previsionales, que resultaban desproporcionadas en relación a los ingresos de los primeros años de profesión. Pero más allá de ello, había también una sensación de ser postergados.


"Generalmente veíamos que se priorizaban capacitaciones o cuestiones referidas a lo civil o industrial, y no tanto a lo agronómico. Es una cuestión que viene de muchos años, en algún momento se creó un departamento específico pero tampoco se le dio la importancia que merecía, teníamos necesidad de autonomía" agrega Ricardo Silvestro, actual presidente de la Asociación local de ingenieros agrónomos.


"La nuestra es una profesión con muchos graduados, veíamos que en la demás provincias había un colegio propio, que fundamentalmente cumplía un función rectora respecto de la receta agronómica, que existe desde siempre pero en Buenos Aires faltaba un organismo que controlara y exigiera su aplicación. Ese es uno de los grandes problemas que tenemos hoy, nos consideran casi los "malos de la película", debido a un uso irresponsable durante muchos años, y creemos que este nuevo colegio viene con mucha fuerza para dar una solución a este problema y muchos otros", remarca Iriarte.


"Desde 1986 existe formalmente en Olavarría la Asociación de Ingenieros Agrónomos, al igual que sucede en muchos partidos, hay círculos y asociaciones que venían empujando desde abajo, gran parte de este logro se debe al auge de las comunicaciones, se pudo trabajar mucho a distancia, se juntó a referentes de cada una de las 45 asociaciones de toda la provincia y se presentó a través del diputado Ricardo Lissalde, de Saladillo, un proyecto de ley que terminó dando lugar a este colegio, independiente y sin caja de aportes obligatoria, uno puede elegir dónde hacer sus aportes profesionales. En el colegio anterior, teníamos 1.680 matriculados en 50 años de vida de los 15.000 colegas, es muy poca representatividad. En este, ya vamos por los 800, en 35 días", explica Gerardo Fernández, quien estuvo desde los comienzos en la génesis del proyecto.


"Un colegio específico es de gran importancia para reglamentar el uso adecuado de agroquímicos, respondiendo a una demanda social que nos ve como personas que usamos indiscriminadamente productos dañinos, y esa no debiera ser la visión. Creo que tendrían que vernos como personas formadas y capacitadas para poder diagnosticar, recetar y aplicar racionalmente, de ser necesario, un agroquímico. El problema es el uso y abuso, sin el debido asesoramiento, que hay sido habitual en todos estos años, sin respetar dosis, momento de aplicación, condiciones ambientales", apunta Fernando Paladino. 


Entre otras cosas, se espera que el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires contribuya a posicionar a sus matriculados como responsables frente al uso adecuado de productos fitosanitarios, dando así respuesta a una importante demanda social.



Según los profesionales, este problema derivado de la compra libre de agroquímicos, actualmente vigente, termina dando lugar a este fenómeno de uso indiscriminado que moviliza a la opinión pública hacia la "demonización" de la agricultura, los agroquímicos y la profesión agronómica. Aunque la ley que exige la receta agronómica existe desde hace años, la falta de organismo de contralor deriva en que, en la práctica, las cosas funcionen como si no estuviera, dependiendo de la conciencia y responsabilidad particular de quienes los compran y aplican.


Todos los años que tardó en llegar han tenido su lado positivo, ya que el Colegio ha sido organizado de una forma moderna, federal, que apunta a la representatividad de la profesión de un enfoque más bien horizontal, con cuatro grandes regiones que nuclean a los profesionales de toda la provincia.


"Nosotros somos 11 localidades, y siempre se invita en cada reunión a representantes de las demás localidades, y de cada región se elige a dos representantes que van al Consejo provincial, que se reúne en La Plata. Las comisiones de las regiones cada cuatro años se renuevan por mitades, no se puede repetir la presidencia provincial y siempre tiene que ir rotando hacia otra zona. Hay muchísimo por hacer, recién estamos en los comienzos, venimos de reunión en reunión con todos los ministerios y lugares que nos identifican, para tratar de lograr un buen consenso", indica Ricardo Silvestro.


"Ya hay comisiones en el Congreso para la ley de agroquímicos que se está tratando, para la ley de semillas,varios aspectos que son centrales para nuestra profesión y que, de manera inexplicable, no estábamos incluidos en las decisiones. Suena como una locura, pero era básicamente porque no teníamos representación. Va a llevar tiempo, pero es un paso importantísimo", añade Gerardo Fernández.


Otro punto, más particular que viene a cumplir este nuevo colegio es la jerarquización de la profesión, cuestión pendiente en el sentir del ingeniero agrónomo promedio, ya que según los entrevistados, casi todos sus colegas, quien más, quien menos, siente que su profesión no es tenida en cuenta socialmente como a su criterio correspondería.


"Parte de los problemas del campo es por la falta de presencia de agrónomos en la producción agropecuaria, precisamente. Por eso buscamos que todos se sientan parte de este nuevo colegio, sentirse incluidos de una manera que no se vivenciaba en el colegio anterior, y como sucede en otras provincias, que estemos todos matriculados, y si alguien ve que un profesional está trabajando sin esta formalidad, poder hacerse la denuncia respectiva", agrega Ricardo Silvestro.


El proyecto inmediato del Colegio es crecer en matrícula, por lo cual los entrevistados remarcan la importancia de que los profesionales del sector se sumen. El trámite es muy sencillo, y se cuenta con una red de información muy rápida vía whatsapp y otros canales, mediante la cual se evacúan todas las consultas. Para más información, llamar o escribir a Osvaldo Iriarte (2284 582941) o Ricardo Silvestro (2284 474762)



ÚLTIMAS NOTICIAS

28 Marzo 2024
 La firma pampeana brindó su remate mensual en su sede de General Acha con 4000 vacunos encerrados y los siguientes valores obtenidos...
28 Marzo 2024
 La firma representada en Olavarría por Barragán y Mesa Negocios Agropecuarios brindó su habitual remate mensual en sus instalaciones propias de San Jorge, con un encierre de 1765 cabezas y los siguientes resultados...
27 Marzo 2024
La empresa americana, líder mundial en materia de genética y biotecnología, transita su séptimo año en Argentina y apuesta fuerte al centro bonaerense de la mano de Grainvit, su distribuidor en Olavarría, Azul y Tandil.. Visitamos la Expo Turbo que r...
Inminente presentación del proyecto del nuevo Mata...
Un ingreso reducido y de buena calidad impulsó los...