Los registros de la primera campaña de vacunación contra fiebre aftosa 2025 confirman una tendencia que preocupa al sector: por tercer año consecutivo, el stock bovino argentino sigue achicándose. El último informe del SENASA para la zona libre con vacunación muestra 49,4 millones de cabezas, 1,2 millones menos que en el mismo período de 2024.
La categoría vaca perdió 400 mil animales, las vaquillonas cayeron en 418 mil, los novillos retrocedieron en 138 mil y los terneros/as se mantuvieron estables.
Más que un número: eficiencia productiva
La cifra total de animales es un termómetro del potencial productivo, pero el verdadero desafío está en la eficiencia. Argentina produce unas 3 millones de toneladas de carne al año con su stock actual, mientras que Estados Unidos —con 94,2 millones de cabezas, su menor nivel en siete décadas— logra 14,1 millones de toneladas.
En nuestro país, dos variables aparecen como clave para mejorar:
- Relación ternero/vaca: actualmente ronda el 70%, un avance impulsado por la selección genética, el empuje de la demanda externa (en especial de China) y mejoras en manejo y nutrición.
- Peso de faena: aunque recuperó algunos kilos en el último año, sigue bajo (232 kg res con hueso) frente a países como Uruguay (264 kg), Brasil (251 kg) o EE.UU. (432 kg). Con valores similares a Uruguay, Argentina podría sumar casi 440 mil toneladas extra de carne sin aumentar el número de animales faenados.
Factores que juegan a favor y en contra
Entre los elementos que incentivan animales más pesados, aparecen el buen precio del ternero y costos de producción competitivos. Sin embargo, las altas tasas de interés limitan la retención de hacienda y las condiciones climáticas han sido desparejas: hubo zonas con buena primavera/verano y otras con excesos hídricos o sequías severas.
Perspectivas para 2025
Si la faena se mantiene en torno a las 13,7 millones de cabezas anualizadas y el índice de destete alcanza el 69%, podrían incorporarse al stock unas 14,5 millones de crías este año. Descontando la faena estimada y una mortandad del 1%, el saldo sería levemente positivo: unas 250 mil cabezas.
En cuanto a la retención de vientres, el 48% de hembras en faena refleja un escenario más cercano a la liquidación que a la recomposición. El fenómeno de mayor faena de vaquillonas —con una caída interanual de 419 mil cabezas— se explicaría, en parte, por el uso creciente de IATF en hembras jóvenes y una mayor proporción de vacas fértiles, lo que habilita destinar más hembras a carne.
En síntesis, el sector enfrenta un stock más ajustado, pero con señales de mejora en eficiencia reproductiva y en el peso de faena. El verdadero desafío será sostener esos avances y recuperar volumen, combinando más terneros por vaca con animales más pesados en la góndola.
Fuente: Informe de AZ Group para la Asociación Argentina de Angus, en base a datos de SENASA.



