El uso del burro en la ganadería sintetiza prácticas ancestrales y soluciones contemporáneas. Desde las montañas de Italia hasta distintos sistemas ganaderos en América, Europa y Oceanía, estos animales demuestran que su aporte al trabajo rural sigue vigente. Lejos de ser una figura del pasado, el burro se posiciona como un aliado estratégico en una ganadería que busca eficiencia, sustentabilidad y bienestar animal, ya sea como niñera de corderos, guardián de rebaños, profesor de terneros o mediador entre toros

De aliados en la trashumancia ovina en Italia a protectores de rebaños y organizadores de rodeos en distintos países, los burros recuperan protagonismo en la producción ganadera. Su rusticidad, comportamiento territorial y longevidad los convierten en piezas clave de una ganadería que busca soluciones simples y efectivas.

Los «burros niñera«

En las regiones montañosas del norte de Italia, especialmente en Lombardía, los pastores enfrentan cada año el desafío de trasladar sus rebaños desde las alturas alpinas hacia los valles. Los corderos más pequeños, incapaces de recorrer largas distancias, son transportados en alforjas diseñadas especialmente para burros y mulas entrenados para esta tarea. Esta práctica ancestral sigue vigente como parte fundamental del proceso de trashumancia.

Guardianes naturales

En países como Argentina, Uruguay, Canadá, Estados Unidos, Australia y España, los burros son utilizados como protectores de rebaños ovinos y caprinos. Criados desde potrillos junto a los animales que van a cuidar, desarrollan un fuerte sentido de pertenencia. Ante la amenaza de predadores como pumas, zorros o perros asilvestrados, su comportamiento territorial y su fuerza física les permiten actuar con eficacia: rebuznan, persiguen al intruso y pueden atacar con sus patas delanteras.

En Tierra del Fuego, por ejemplo, la estancia Viamonte llevó adelante un programa piloto en el que los burros demostraron ser aliados eficaces contra los perros salvajes, una de las principales causas de mortandad ovina en la provincia.

Mediadores de rodeos

En algunas cabañas argentinas, los burros son criados junto a toritos jóvenes para convertirse en líderes naturales del grupo. Gracias a su presencia constante desde la etapa de terneros, los toros adultos llegan a respetarlos como si se tratara de un jefe de manada. Esta jerarquía ayuda a reducir los enfrentamientos entre machos reproductores, especialmente en los rodeos de encierre.

Burros profesores: educadores de terneros

Una técnica ganadera que sorprende y crece en popularidad consiste en atar burros adultos a los terneros para que estos últimos aprendan a moverse en grupo, seguir rutas y manejar mejor el estrés. La calma, paciencia y sociabilidad del burro facilitan que los terneros se adapten al manejo, especialmente en situaciones de pastoreo o traslado. En este contexto, los burros actúan como verdaderos “profesores”, guiando a los animales más jóvenes y contribuyendo a su aprendizaje de manera natural.

Una raza argentina al servicio del campo

La Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino tiene más de un siglo de historia y es la responsable de desarrollar la única raza asnal registrada del país: el Asno Remonta Argentino. Esta línea genética fue pensada, en principio, para producir mulas que el Ejército emplea en zonas de difícil acceso, especialmente en la Cordillera de los Andes. Pero sus características —resistencia, rusticidad, longevidad y temperamento— también resultaron claves para su expansión en sistemas ganaderos extensivos.

Según el coronel veterinario Santiago Bruno, los burros Remonta pueden vivir más de 40 años, sobreviven a condiciones ambientales extremas, requieren bajo mantenimiento y son casi inmunes a enfermedades como la anemia infecciosa equina. Por eso, en los últimos años, se ha promovido la entrega de reproductores al sector privado, donde su rol como animal de guarda comenzó a ganar terreno.

Un vínculo entre tradición y modernidad

Tanto en Italia como en regiones ganaderas de América, Europa y Oceanía, el uso del burro refleja una combinación de prácticas ancestrales y adaptación a los desafíos actuales. Ya sea como niñera de corderos en la trashumancia, guardián frente a predadores, mediador entre toros o profesor de terneros, este animal demuestra una versatilidad poco conocida pero cada vez más valorada. En tiempos donde la eficiencia productiva y el bienestar animal ganan protagonismo, el burro se reposiciona como una herramienta natural, resiliente y sorprendentemente actual.