Infraestructura y desarrollo: el debate necesario en la apertura de la Rural 2025

En el arranque de la Exposición Rural 2025, el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) llevó adelante la jornada “Construir Productividad”, un espacio donde distintos sectores productivos del país coincidieron en un diagnóstico: sin una infraestructura moderna, planificada y sostenible, Argentina no podrá dar el salto de productividad que necesita.

El encuentro, desarrollado en las salas Ceibo del predio de Palermo, convocó a dirigentes del agro, la banca, la industria, el comercio, la construcción y el trabajo, reflejando una mirada integral sobre un tema que atraviesa a toda la economía. Entre los presentes estuvieron los presidentes de ADEBA, BCBA, SRA, CAC, CAMARCO, UIA, además de referentes de la CGT y UOCRA.

Durante el panel de apertura, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina y actual titular del CPI, remarcó que el campo es el sector más competitivo del país, pero que su potencial está limitado por la falta de caminos, ferrocarriles y logística adecuada. “Producimos, pero no podemos mover lo que hacemos sin altos costos. Sin infraestructura, el progreso es una utopía”, advirtió. En esa línea, insistió en la necesidad de un compromiso público y privado para revertir el atraso estructural, y pidió reglas claras para atraer inversiones.

El evento no solo sirvió como diagnóstico, sino también como plataforma de propuestas. Javier Bolzico (ADEBA) destacó que la infraestructura requiere financiamiento de largo plazo, algo que sólo puede lograrse con estabilidad institucional. Adelmo Gabbi (BCBA) apostó a los mercados de capitales como vía para revertir décadas de atraso. Natalio Grinman (CAC) fue claro: “El país necesita recuperar la confianza perdida, porque sin confianza no hay obra que se sostenga”.

 

También se debatió el rol de los recursos ya existentes. Gustavo Weiss (CAMARCO) recordó que hay fondos específicos, como los que provienen de impuestos al combustible, que podrían utilizarse para comenzar obras concretas. Rodrigo Pérez Graziano (UIA) dio un ejemplo impactante: “Transportar una tonelada desde el NOA al puerto cuesta igual o más que desde Buenos Aires a Europa”.

La jornada se estructuró en cuatro bloques. El primero, dedicado a la inversión en infraestructura, tuvo como eje la urgencia de pensar el largo plazo. Luego se trató la infraestructura hídrica, con un análisis detallado sobre la cuenca del Salado y del Bermejo. El tercer bloque abordó el impacto de la infraestructura en la logística: caminos rurales, rutas nacionales, ferrocarriles, vías navegables y minería. Por último, se mostró cómo las nuevas tecnologías –como la inteligencia artificial aplicada al agro– pueden integrarse a una infraestructura moderna.

Gerardo Martínez (UOCRA) cerró el encuentro con un mensaje fuerte: “Queremos terminar con la discrecionalidad, con el país del ‘más o menos’. La infraestructura debe ser una política de Estado, seria, estable y transparente. Sin eso, estamos condenados a repetir fracasos”.

La jornada dejó una conclusión compartida: no hay competitividad sin infraestructura, y no hay infraestructura sin diálogo, inversión y visión de futuro. Argentina tiene recursos, sectores con potencial y talento humano. Lo que falta, coincidieron los oradores, es un compromiso real y sostenido para transformar ese potencial en desarrollo.