El fenómeno climático dejó acumulados inéditos en distintas provincias argentinas, con registros de hasta 300 milímetros en el centro del país. La saturación de los suelos complica los cultivos de invierno y amenaza la siembra gruesa.

Este 2025, la tradicional tormenta de Santa Rosa se presentó con una magnitud excepcional. Durante el fin de semana y hasta este lunes 1° de septiembre, las lluvias castigaron a gran parte de la región pampeana, con consecuencias inmediatas para el sector agropecuario: suelos saturados, caminos rurales intransitables y un fuerte interrogante sobre la evolución de la campaña agrícola.
Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, las precipitaciones oscilaron entre 100 y 200 milímetros en amplias zonas de la región núcleo, mientras que en sectores del centro de Córdoba se alcanzaron picos cercanos a los 300 mm, un registro inédito para esta época del año. El fenómeno estuvo acompañado por ráfagas de viento y tormentas eléctricas, lo que agravó la situación en áreas urbanas y rurales.
El impacto en el agro es significativo:
- En lotes de trigo y cebada se teme por la aparición de enfermedades asociadas al exceso de humedad.
- La siembra temprana de maíz podría retrasarse, con efectos en la planificación de la campaña gruesa.
- Los caminos rurales se encuentran intransitables en varias zonas, dificultando el acceso a los campos y el transporte de insumos.
En la zona centro de la provincia de Buenos Aires, localidades como Olavarría, Bolívar, General La Madrid y Laprida registraron lluvias intermitentes entre domingo y lunes, con acumulados menores que en los puntos más castigados del país, pero igualmente preocupantes por la saturación de los suelos. Productores de la región advierten que, aunque el clima mostró cierta mejoría este lunes, los lotes permanecen cargados de agua y el riesgo de complicaciones sanitarias en los cultivos es elevado.
El fenómeno de Santa Rosa, que suele anticipar la transición entre invierno y primavera, este año expuso la vulnerabilidad de la producción agrícola frente a los eventos extremos. Con el inicio de la campaña 2025/26, la atención está puesta en el comportamiento del clima de las próximas semanas, que será determinante para definir el rendimiento de la cosecha y las proyecciones económicas del sector.



