El ingeniero Alejandro Giaquinta nos contó en exclusiva el desafío que representó manejar durante seis meses más del doble de la capacidad de "Las Carmelitas"  

José Gamondi y Miguel Viñuales (ZonaCampo)

"El próximo 10 de abril y por orden judicial, se rematarán la totalidad de los animales invasores incautados en el marco de un operativo sin precedentes, en el mes de octubre del año pasado. La subasta estará a cargo de Guillermo Sorsoli, de la firma Lartirigoyen & Oromí, y se desarrollará durante el remate mensual que la casa brinda en su predio de Recalde".

Palabras más, palabras menos, un párrafo como el que antecede fue nota central en todos los medios locales en el día de ayer, ya que después de seis meses de actuaciones judiciales, finalmente se procederá a la venta de los 270 animales secuestrados. Noticia más policial que agropecuaria, podría pensarse.

Sin embargo, a quienes hacemos ZonaCampo lo primero que se nos cruzó fue imaginar las peripecias por las que habrá tenido que pasar, durante ese semestre, el equipo de la Chacra Experimental Blanca Grande, del MAA de la provincia, coordinado por el ingeniero Agrónomo Alejandro Giaquinta, lugar en que los animales fueron depositados provisionalmente el 1ro. de Octubre de 2018.

"Fue una experiencia difícil, que requirió de toda nuestra flexibilidad y manejo para poder llegar a que hoy pueda procederse a la venta de los animales, en un proceso caracterizado por la celeridad y buen criterio por parte del juzgado interviniente y muy desafiante desde lo productivo", explicó Giaquinta.

Si se hubiera tratado de "neumáticos", "bidones" o cosas por el estilo, un plazo judicial de seis meses no acarrea mayores complicaciones a un depositario, pero tratándose de seres vivos la cosa cambia radicalmente, ya que por más benigno que haya sido el año, octubre es apenas la entrada de la primavera, y además la ganadería es un sistema largo, que requiere de planificación, y los cambios imprevistos son difíciles de manejar.

"La chacra tiene 308 hectáreas, de las cuales 245 se utilizan para ganado bovino y el resto para otras actividades, y habitualmente sostenemos un rodeo de entre 140 y 160 vientres, el cual forma parte del esquema experimental de los trabajos de la chacra, así como en otros lugares se hace agricultura experimental. Lógicamente, contamos con el personal e infraestructura justos para esa escala ", expresó Giaquinta.

Los años de trabajo en el lugar han permitido al Agrónomo estimar que esa es la carga ideal promedio que el establecimiento soporta, en base al tipo y cantidad de recursos forrajeros de que se dispone, lo cual representa aproximadamente 0,8 EV/ ha por año. En una parte de la chacra funciona –o estaba previsto que funcionara- un esquema experimental especial, un módulo de alta producción de carne, donde la carga prevista llega a 1 EV/ha o más.

"El ingreso de los animales nos obligó a tomar medidas de emergencia, ya que con más de 270 animales pasamos a una carga de 1,67 EV/ha, más del doble que manejamos, por lo que quedaron en segundo plano todas las planificaciones, como el modulo de alta producción y otros ensayos. De hecho, hace unos días tuvimos que suspender un curso de medición de forrajes organizado por técnicos de INTA porque las vacas entraron de manera imprevista y consumieron una pastura", expresó.

Alejandro Giaquinta considera que atravesar la situación fue todo un desafío, que requirió de la máxima flexibilidad y predisposición del equipo que coordina; y que lo importante es que hoy se esté llegando a la venta de prácticamente la totalidad de los animales recibidos, pudiendo así la chacra retomar sus trabajos y objetivos propios. Le queda la experiencia, y su agradecimiento al personal que intervino. 

Entre las medidas que Giaquinta procuró estuvo el ingreso de forraje en forma de rollos y balanceado, para poder equiparar la demanda nutricional de los 270 animales. Respecto de lo sanitario, a fin de evitar cualquier problema se asumió un protocolo de "sanidad: riesgo cero", procediéndose al momento mismo del ingreso a realizar todas las vacunaciones de rutina, aftosa,a todo el rodeo, brucelosis alas terneras y sangrado para chequear estado. serológico de Brucelosis a la hembras adultas.

"El plan inicial era que estuvieran unos 10 o 15 días, según se nos dijo, por lo cual concentramos todas las categorías en un único potrero de 45 hectáreas. Cuando los tiempos empezaron a extenderse, fue que decidimos organizar un plan de alimentación de emergencia con suministro de rollos en un primer momento, y balanceados más adelante porque se estaban yendo los meses y la hacienda empezaba a perder estado", explicó.

Otro de los desafíos que enfrentó el equipo fue el de intentar el mejor manejo posible de cada categoría, ya que el rodeo incluía vacas, vaquillonas, toros, toritos y algunos terneros. El balanceado se destinó a mantenimiento de la vaca de cría, procediéndose al destete de los terneros en cuanto fue posible, y destinándoselos a uno de los mejores potreros de la chacra, con pasto de calidad y buena disponibilidad. Allí se colocaron dos silos comederos para suplementar con balanceado a la recría.

"Cuando separamos las categorías, a las vacas les asignamos también un cuadro bien empastado, armando comederos de bolsa para suministrar balanceado de mantenimiento. A la noche, se agregaban dos rollos en las bebidas. Todas estas medidas implicaron ceder los espacios que desde tiempo atrás teníamos planificados para el rodeo de la chacra experimental, el cual también sufrió la situación y perdió estado. Afortunadamente, la primavera fue buena y contribuyó a minimizar el problema del conjunto, y se llegó al día de hoy con una mortandad mínima, un porcentaje muy bajo, que afectó únicamente a animales que desde el ingreso estaban en mal estado corporal", agregó.

"La situación fue muy desafiante, pero pudimos llegar a que hoy se vayan a subastar prácticamente la totalidad de los animales que ingresaron, hemos tenido contacto con las actuaciones y remarcamos que los tiempos y los procedimientos del Juzgado fueron muy prolijos. Estamos hablando de seres vivos, con sus necesidades, sus requerimientos. Ahora es momento de volver a los objetivos propios de la chacra y seguir trabajando en lo que veníamos haciendo", concluyó.

Uno podría imaginarse, a la salida del invierno, una charla entre dos vecinos, donde uno le ruega al otro pasarle algunas vacas para aliviar el campo hasta el entore.

-"¿Me podés tomar treinta vacas, por dos meses?" -"No, vengo muy justo, y no lo tenía previsto"

-"Dale, che, no tengo nada de pasto, aunque sea quince" -"No, no, disculpá, no me entra ni una más"

-"Uy, estoy al horno…"

¿Le parece vertiginosa la situación? Bueno, que quedará entonces para Alejando Giaquinta, que tomó doscientas setenta.

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