La empresa olavarriense, fundada por Julián Abad y sus hermanos en 1979, fue distinguida por el Banco Nación en Tandil por su aporte al entramado productivo regional. Con cuatro décadas de trabajo, El Quebracho se consolidó como referente en insumos rurales y materiales de construcción, y hoy transita una nueva etapa con el impulso de la tercera generación familiar.

Un reconocimiento al trabajo sostenido

En el marco de una visita institucional a Tandil, el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, distinguió a cinco compañías de la región por su rol en el desarrollo productivo bonaerense. Entre ellas, se destacó Materiales Rurales El Quebracho S.A., símbolo de Olavarría y protagonista de una trayectoria de más de 45 años al servicio del campo y la comunidad.

Para Julián Abad, titular de la firma, este reconocimiento refleja mucho más que un vínculo comercial: “Empezamos con lo mínimo, en un terreno baldío, con máquinas prestadas y la confianza de la gente que conocía a mi padre. Hoy somos una empresa con casi cuatro manzanas de instalaciones, pero el espíritu sigue siendo el mismo: trabajar con honestidad, compromiso y visión de futuro”.

De un pequeño taller a una empresa de referencia

La historia de El Quebracho comenzó en 1979, con un emprendimiento familiar que fabricaba tranqueras y elementos rurales. Con el tiempo, la empresa fue creciendo, superando obstáculos y adaptándose a las necesidades del sector.

Las crisis, los incendios rurales de la década del 80 y la capacidad de sostener stock en momentos críticos fueron hitos que marcaron la expansión de la compañía. A lo largo de los años, el negocio diversificó su oferta y hoy combina insumos rurales, veterinaria, ferretería, semillas, materiales para la construcción y hasta una línea de vinos producidos en la finca Abuelo Nito en Mendoza, un proyecto que homenajea al padre de los fundadores.

Una empresa con raíces familiares y mirada al futuro

Hoy, Materiales Rurales El Quebracho es una sociedad anónima con participación activa de hijos y nietos de la familia Abad, lo que asegura la continuidad de la empresa y la transmisión de valores a nuevas generaciones.

“Lo más importante no es el capital económico, sino el capital moral y la responsabilidad de continuar lo que empezaron nuestros padres. Mis hijos, mis sobrinos y ahora mis nietos ya están involucrados, y eso me da la tranquilidad de que El Quebracho tiene futuro”, señala Julián Abad.

Un legado que se proyecta en la región

El reconocimiento del Banco Nación no solo valida el recorrido empresarial de El Quebracho, sino también su aporte a la comunidad y a la producción regional. Con una cartera de clientes que va desde productores agropecuarios hasta familias de la ciudad, la firma representa el espíritu emprendedor que caracteriza al interior bonaerense.

A más de cuatro décadas de aquel primer camión de postes prestado, Materiales Rurales El Quebracho se consolida como ejemplo de esfuerzo, diversificación e innovación, sin perder la esencia familiar que marcó su origen.