Distintos actores de la cadena y especialistas reconocen que el dólar alto alienta a los productores a retener hacienda para engordarla más y exportar
Aunque desde el sector frigorífico sostienen que este boom exportador no repercute en la mesa de los argentinos porque los cortes que demandan los países compradores no son los mismos que los que se consumen localmente, otros reconocen que el dólar alto alienta a los productores a retener hacienda para engordarla más y a los frigoríficos, a pensar en incrementar el comercio exterior.
Juan Manuel Garzón, del Ieral. afirma «Yo veo una suba de carnes muy fuerte hasta fin de año: la faena va a comenzar a bajar por la retención de los productores, y las exportaciones vuelan. Con este tipo de cambio, se llevan todo» reconoce.
Daniel Urcía (Afic) remarcó que el precio de la carne vacuna ha venido por detrás de la inflación en lo que va del año, pero que la abundante oferta se va a acabar porque ya no hay necesidad de acelerar los envíos a faena por la sequía, y porque el stock de animales pesados es escaso. «De ahora en adelante, habrá que ver cómo interactúan el consumo interno y la exportación. Con el dólar atrasado no era negocio vender afuera novillito o vaquillona, pero ahora sí. Al faltar novillos o vacas, pueden empezar a tallar en el negocio y presionar los precios locales, además de la suba de la hacienda que se está registrando por el aumento del maíz, a raíz de la devaluación», evaluó el director de Afic.
El consultor ganadero Ignacio Iriarte, por su parte, hizo referencia a este fenómeno: «Los exportadores, ante la caída de la oferta de vacas y novillos pesados, están avanzando sobre categorías de hacienda y cortes, como peceto, cuadrada o bola de lomo, que se destinaban exclusivamente al mercado interno».
Fuente: LA VOZ