Brotes de fiebre aftosa en Europa: entre la crisis sanitaria y el impacto económico global

Lo que comenzó como un foco aislado en Alemania ya escala a una crisis regional. Con nuevos casos en Hungría y Eslovaquia, la fiebre aftosa se expande por Europa del Este, desatando medidas sanitarias extremas, restricciones comerciales y crecientes preocupaciones ambientales. Argentina reforzó controles y suspendió importaciones desde Alemania. El país mantiene su esquema de vacunación y, aunque enfrenta desafíos sanitarios, también vislumbra oportunidades para fortalecer su posición en mercados internacionales.

El brote inicial se confirmó en enero de 2025 en una granja de búfalos de agua en la región de Brandeburgo, Alemania. Fue el primer caso registrado en el país en casi 40 años y el primero en la Unión Europea desde 2011. Las autoridades respondieron con cuarentenas, zonas de protección y vigilancia, además de la suspensión de exportaciones. A partir de ese momento, el bloque europeo encendió las alarmas y reforzó los controles fronterizos y la bioseguridad.

Pero la situación se agravó en marzo, cuando Hungría reportó su primer brote de fiebre aftosa en más de medio siglo, en una explotación de vacas lecheras en Kisbajcs. Más de 3.000 animales fueron sacrificados, pero la gestión deficiente del descarte —con fosas de donde brotaba líquido y un olor penetrante en zonas rurales— generó alarma en las comunidades locales y encendió el debate sobre los efectos ambientales de los protocolos sanitarios.

En paralelo, Eslovaquia confirmó al menos cuatro brotes en la región de Dunajská Streda. La respuesta fue declarar el estado de emergencia y adoptar medidas estrictas para frenar el avance del virus. Austria, por su parte, cerró 24 pasos fronterizos y estableció controles sanitarios en los cruces habilitados, mientras la Unión Europea amplió las zonas de restricción y vigilancia epidemiológica.

La fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a animales de pezuña hendida como bovinos, porcinos, ovinos y caprinos. Si bien no representa un riesgo para la salud humana, puede provocar grandes pérdidas en la producción ganadera.

Las consecuencias no se limitaron a lo sanitario: los brotes en Alemania y Europa del Este dispararon un efecto dominó en el comercio internacional. Rusia prohibió las importaciones de carne de la Unión Europea, y países como Reino Unido, Corea del Sur y México impusieron restricciones a los productos cárnicos alemanes. La industria agroalimentaria alemana estima pérdidas por hasta 1.000 millones de euros. En Eslovaquia, el temor a una escasez de productos lácteos provocó compras masivas de leche larga vida, lo que podría derivar en aumentos de precios y mayor presión sobre la inflación alimentaria.

Mientras Alemania ya logró recuperar su estatus sanitario, la situación en Europa oriental sigue en evolución. El foco ya no está solo en la salud animal: los impactos económicos, sociales y ambientales se suman a un escenario complejo, que pone a prueba la capacidad de respuesta sanitaria de la región y la estabilidad de los mercados agroalimentarios a nivel global.

Medidas adoptadas por Argentina ante el brote de fiebre aftosa en Europa

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha implementado una serie de medidas para proteger la ganadería argentina frente al brote de fiebre aftosa en Europa. Entre las principales acciones adoptadas se destacan la suspensión de importaciones de productos provenientes de Alemania, con el objetivo de evitar la introducción del virus al país. Además, se ha intensificado el control en las fronteras terrestres, puertos y aeropuertos, a fin de garantizar que no se produzca el ingreso del virus por medios comerciales o de transporte.

A pesar de las solicitudes del sector ganadero para modificar el esquema de vacunación, el gobierno ha decidido mantener el sistema actual, que establece dos aplicaciones anuales para los bovinos, priorizando la prevención de la enfermedad en el país ante la amenaza global. Esta postura resalta la importancia de fortalecer las medidas de bioseguridad y reforzar el control sanitario.

 

Posibles impactos en la ganadería argentina

En cuanto a los efectos sobre la ganadería argentina, este escenario presenta tanto riesgos como oportunidades. En términos de beneficios, la crisis sanitaria en Europa podría abrir nuevos mercados para la carne argentina, particularmente en aquellos países que buscan proveedores con un estatus sanitario confiable. Este tipo de situaciones refuerza la imagen de Argentina como un productor comprometido con la sanidad animal, lo que podría consolidar su posición en el comercio internacional.

No obstante, también existen desafíos. La propagación del virus en Europa resalta la necesidad de mantener una vigilancia constante y de contar con protocolos estrictos para evitar brotes dentro del país. Además, la situación podría generar presión sobre el sistema de control sanitario, lo que demandaría recursos adicionales para asegurar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.

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