Entrevistamos a los Ing. Agr. Fabricio Lacoste y Ricardo Silvestro, de Rindes y Cultivos DAS, que analizaron la profunda diferencia en las circunstancias que rodean a ambas actividades.
¿Suena raro hablar de era post-sequía? Quizás no tanto, ya que el 2022 fue un año durísimo pero al menos en Olavarría y la región, empezaron a darse lluvias sobre fin de año que cambiaron un poco la película. Aunque no fue igual para todos, por la distribución irregular y porque los requerimientos estratégicos de la agricultura y la ganadería son diferentes, y las realidades que atraviesan ambas actividades también. ZonaCampo entrevistó a los Ing. Agr. Fabricio Lacoste (M.P. CIAFBA 0788) y Ricardo Silvestro (M.P. CIAFBA 0134) de la firma Rindes y Cultivos DAS en Olavarría, que hicieron un análisis de la situación y nos dejaron su punto de vista.
"En esta campaña hay que hacer una división entre agricultura y ganadería en el partido, ya que la parte agrícola de Olavarría, o gran parte de ella está en estado de bueno a excelente. Por supuesto, después de haber tenido una campaña previa de fina donde los rendimientos estuvieron entre un 50% promedio de lo que se estimaba", expresó Lacoste.
"Los rindes de la fina nos dejaron en una situación complicada, con resultados de entre un 50 y un 60% de lo que esperábamos al momento de planificar la siembra y calcular los márgenes. Podría decirse que nos dejó una sábana corta como para cubrir gastos, y en algunos casos comprometer la rentabilidad", agregó Silvestro.
"A partir de fines de octubre empieza un período de lluvias regulares aunque desparejas en cuanto a distribución, lo que nos permitió realizar las labores de siembra de Girasol, Maíz y Soja de primera con óptimos resultados en la implantación de dichos cultivos ", apuntó Lacoste.
Según los agrónomos entrevistados, la situación en el partido de Olavarría es muy diferente a otras localidades de la región. Lo que da como resultado que los campos agrícolas de Olavarría tienen sus cultivos en muy buen estado general.
"A nivel macro, en Olavarría encontramos maíces tempranos ya terminando floración, y el resto en proceso de floración o prefloración, sojas de primera en R1 y R2, y girasoles con la floración ya terminada. En el caso de la soja de segunda tuvo una implantación excelente que generalmente es muy difícil de lograr, y tomando el conjunto de fina-soja de segunda, nos va a dar un resultado positivo ya que el cultivo de segunda puede dar la oportunidad de recuperar el margen que no ganamos con la fina", subrayó Silvestro.
"Nuevamente, es importante remarcar que esta situación se da particularmente en nuestra región, ya que los productores de la gran mayoría de la zona productiva del país no tuvieron tanta suerte", concluyó Lacoste.
La ganadería
Según los entrevistados, esta compensación o recuperación de la agricultura no se refleja en la actividad ganadera del partido, especialmente la cría realizada en campos naturales, que se ha visto muy castigada.
"La ganadería realizada en base pastoril está bastante complicada, ya que en Olavarría además de venir de un invierno seco, no hubo primavera por lo que se agotaron gran parte de las reservas existentes. Dadas las lluvias más erráticas en la zona netamente ganadera, la situación es muy comprometida desde el punto de vista forrajero, producto de que la implantación de verdeos de verano y diferidos para el invierno no se pudo lograr en forma óptima como se esperaba. Vamos a tener un año muy difícil", afirmó Lacoste.
"Si bien empezó a llover y todo indica que la situación va a ir normalizándose, como decimos en el campo, no llueve pasto. Por suerte estas lluvias acompañan el ciclo de especies de otoño e invierno, estamos en la entrada del otoño y estas lluvias son muy bienvenidas, pero la producción forrajera es un proceso que lleva meses y al campo le va a costar recuperarse", agregó Silvestro.
En cuanto a lo productivo, la falta de primavera en los campos de cría impactó directamente en los rodeos ya que es la época donde se realiza el servicio de las vacas y la expectativa de logro de preñeces puede estar por debajo de lo que se esperaría en un año normal.
"Incluso estas lluvias que permiten planificar algún tipo de verdeo o alguna pastura, no resultan suficientes porque la extensión de la sequía a nivel nacional ha dado lugar a faltantes en la disponibilidad de semillas forrajeras, los precios han subido debido a la escasez y el juego de la oferta y la demanda. Pero bueno, no hay muchas alternativas, así está dada la situación en la generalidad de los campos", manifestó Lacoste.
Para colmo de males, los productores ganaderos se han encontrado con la necesidad de desprenderse de hacienda de todas las categorías debido a la escasez de forraje, y la sobreoferta dio lugar a que las ventas se realizaran por un precio más bajo de lo que debería ser y completamente desfasado de los aumentos generales debido a la inflación de casi tres cifras del 2022.
"Bueno, este es un poco el resumen de lo que vemos a nivel de agricultura y ganadería luego de haber atravesado esta sequía histórica y la lenta recuperación de las lluvias. Obviamente, en lo que es agricultura esperamos que siga lloviendo porque estamos en la mitad del río, falta todavía definir rendimientos. Hoy la película hasta acá es muy buena, pero obviamente falta la otra mitad. Febrero y marzo son meses clave porque se definen todos los rendimientos de lo que es soja fundamentalmente, y lo que es maíz tardío que está en relación también. El girasol ya está un poco más definido, ojalá sigamos por este camino a nivel climático", concluyó Lacoste.