Durante todo este año hemos tenido encuentros y notas con referentes de CASAFE sobre este tema central en la producción agrícola. "Patuco" Méndez hizo un repaso y nos dio una visión de conjunto.
Las Buenas Prácticas Agrícolas son unos de los pilares de CASAFE, la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, porque son el nexo entre la tecnología y los insumos, y el ambiente y la salud humana. Durante todo este año hemos entrevistado a referentes de la institución para que nos cuenten sobre el tema, entre ellos el ingeniero agrónomo Pablo "Patuco" Méndez, responsable para la región de Buenos Aires y La Pampa.
A lo largo del año fuimos abordando diferentes áreas, entonces le pedimos a Patuco que nos haga una visión de conjunto, una perspectiva general para que quepa en una sola nota "qué, cómo, cuándo, dónde y porqué" de la BPA. Y ya que estamos, le preguntamos acerca de las tendencias futuras.
"Durante todo el año hablamos de BPA en el uso de productos fitosanitarios y de las cosas que no deben faltar al momento de pensar una aplicación. Lo primero es hacer un monitoreo, hacer una recorrida del lote de una manera lógica en la cual podamos recorrerlo todo y tomar información que nos permita tomar decisiones cierto sobre qué acción tenemos que hacer" aseguró Patuco.
"Obviamente pudimos haber hecho acciones previamente, eligiendo fechas de siembra para esquivar diferentes cuestiones de enfermedades o insectos, también haber utilizado diferentes variedades o cultivares que permiten cubrirnos frente a ciertas adversidades. Pero una vez sembrados los cultivos es fundamental hacer una recorrida de manera periódica, sabiendo en qué momento voy a estar encontrando algunas adversidades para poder controlarlas y eso es justamente el monitoreo", agregó.
Patuco siempre remarca que las BPA son una combinación de tecnología de insumos y procesos, y que generalmente se asocia la agricultura de precisión a lo primero cuando en realidad lo segundo es fundamental ya que es lo que permite tomar las decisiones, que a su vez deben ser tomadas por profesionales idóneos y capacitados.
"Se ahorra tiempo, dinero e impacto ambiental y humano sabiendo qué herramientas disponibles hay fuera de los insumos. Se puede utilizar prácticas de manejo integrado de plagas, que pueden ser labores culturales o ver si encuentro especies benéficas que estén que trabajando por mí. En este sentido, haciendo el cuidado del cultivo y atacando a las especies que me estén haciendo daño, reúno información que puedo aplicar luego y ahí es donde entra la necesidad de un profesional capacitado", aseguró.
Méndez remarcó que el profesional agrónomo debe realizar una receta única donde constan todos los datos específicos desde tipo y cantidad de insumo, momento de aplicación y otras cuestiones relevantes para ayudar al aplicador y al productor respecto de precauciones al momento de la carga, usar el equipo profesional del aplicador, etcétera. En definitiva, apuntalar todas esas esas esas cuestiones que hacen al uso responsable el aplicador.
"Es de suma importancia la lectura del etiquetado, la etiqueta de los envases nos va a informar del tipo de producto, de la concentración, el equipo y protección necesaria al momento de exponernos o hacer la aplicación y también los cuidados que debemos tener a nivel ambiente. No menor, en caso de una exposición o alguna intoxicación, ahí también tendrá datos de los primeros auxilios y lugares a donde concurrir", agregó.
Otro tema que destacó el entrevistado es el tipo de tecnología a utilizar para generar la cantidad y tamaño específico de gotas que lleguen al objetivo, teniendo en cuenta cuestiones de temperatura, humedad, viento tanto en velocidad de dirección, variables todas que también van a manejar el profesional ingeniero agrónomo y el aplicador. El operario tiene que ajustar la configuración de su máquina en función de todo esto, además de hacer la carga de los productos en la forma y orden correspondiente para evitar el precipitado.
"En el tanque siempre hay interacciones químicas y precipitado, esto también nos genera un problema si no lo hacemos de la manera adecuada y utilizando una buena calidad de agua. Por eso es importante que el aplicador conozca todo esto, que puede llegar a perjudicar la aplicación", agregó.
Respecto del lavado y carga, Méndez mencionó la necesidad de hacerlo sobre una cama microbiológica, un dispositivo que permite degradar todos los excedentes por derrame o por lavado de máquinas. A través de la acción de bacterias y microorganismos se degradan las partículas de los productos fitosanitarios y también otras partículas. "Estas camas permiten trabajar con los productos de una manera que no causen daños a las personas y al medio ambiente, son por cierto una buena práctica y se está trabajando en la norma IRAM al respecto"
En cuanto a las tendencias para el 2022 y a futuro, Patuco hizo hincapié en la aplicación de tecnologías para lograr cada vez mayor eficiencia con menor impacto. Las AgTech brindan soluciones cada vez más innovadoras abarcando una amplia gama de nuevas tecnologías digitales aplicadas a los sistemas agropecuarios, teniendo como objetivo mejorar el proceso productivo y aumentar la productividad, eficiencia y rentabilidad de una manera responsable.
"Hoy hablamos mucho sobre estaciones meteorológicas sobre las máquinas, por supuesto el GPS, la trazabilidad de las máquinas y el trabajo que están haciendo, y se cruza esta información con la temperatura, humedad, viento, para lograr la mejor velocidad de avance, elección de pastillas y caudal de aplicación, por ejemplo. Y esto no solo lo controla el operario, sino que también puede ser supervisado on line por el dueño del equipo, el productor, el ingeniero agrónomo responsable. Solo hace falta un chip celular estándar y conectividad, pero aún si falta esto último, los datos se envían en cuanto la máquina recupera señal", indicó.
"Y si vamos un poco más lejos, hoy también existen y hemos visto equipos de aplicación selectivo que van haciendo un escaneo de lo que tienen por delante al momento de aplicar y en función de eso van abriendo los picos correspondientes donde encuentran, por ejemplo, materia verde a partir de a clorofila, o incluso reconocimiento por imágenes de diferentes malezas en diferentes estados fenológicos. También hemos visto prototipos de robots que trabajan autónomos, parecido a las aspiradoras autónomas hogareñas, van recorriendo el lote y aplican de manera localizada. Obviamente no podemos dejar de lado todo el tema de drones, aunque hoy no existe legislación al respecto en Argentina como sucede con otros países".
Como cierre, Patuco Méndez recalcó la necesidad de las Buenas Prácticas Agrícolas para el bienestar productivo, ambiental y humano, y destacó el valor de las innovaciones tecnológicas aunque aseguró que esto no desplaza el rol y la responsabilidad del ser humanos, sino que hacen más eficientes la labor.
"Para que todas estas funcionen como se espera, el factor humano es fundamental. Lejos de suplantarlo, el hombre está mucho más involucrado desde el punto de vista de innovación, de tecnologías, de conocimientos y de buscarle la vuelta para hacer las cosas bien. Hoy los aplicadores y profesionales tienen que estar capacitados porque las máquinas son más complejas y las decisiones no son tan sencillas. Es fundamental estar capacitado para poder aprovechar todo el potencial y posibilidades que nos da hoy la tecnología. Yo creo que el factor humano sigue siendo un punto preponderante, las cosas no son como eran antes que se regulaba y se abría o cerraba, hoy el conocimiento de la persona que está arriba de la máquina influye mucho y tiene que tener su experticia para poder desarrollar esa actividad", concluyó.