Con pérdidas que van desde la merma productiva hasta el mayor porcentaje de sacrificio, la enfermedad impacta fuertemente en los rodeos. El MV Martín Schang de Laboratorio Vetanco SA nos cuenta cómo minimizarla.
"Qué ves… qué ves cuando me ves", canta Ricardo Mollo en una de sus obras más conocidas. La metritis puerperal es una enfermedad de muy alto impacto en rodeos lecheros, y su tratamiento comienza por un buen diagnóstico, en base a criterios sistematizados que den lugar a medidas correctivas adecuadas.
Es fundamental saber qué observar cuando miramos, explicó a ZonaCampo.com.ar el médico veterinario Martín Schang, Asesor Técnico Línea Rumiantes de Laboratorio Vetanco SA, al mandarnos esta colaboración especial. "Es fundamental tener un criterio definido y estar bien atentos a lo que realmente debemos observar cuando miramos", explicó en privado el espcialista, y nos dio pie para el título de esta nota.
Siempre cordial y bien fundado a la hora de sus exposiciones, los dejamos con Martín entonces para entrarle a fondo a este problema bien conocido por los productores lecheros.
"El útero de todas las vacas se contamina con bacterias después del parto, pero esto no implica necesariamente infección. Las vacas normalmente logran controlar esta contaminación, pero si persiste, se desarrollará enfermedad uterina (Lewis, 1997), determinada principalmente por la patogenicidad bacteriana y el estado inmunitario de la vaca.
Entre otros factores de riesgo establecidos para estas infecciones se incluye el nivel de higiene en el ambiente, nacimiento de gemelos, cesárea, retención de placenta y traumatismos del tejido genital durante la distocia o manipulación (Bell y Roberts, 2007). Algunas condiciones metabólicas tales como la hipocalcemia, cetosis y desplazamiento de abomaso a la izquierda también han sido asociadas a estos problemas (Sheldon y Dobson, 2004).
Las pérdidas económicas asociadas con esta enfermedad se calculan incluyendo el costo del tratamiento, la reducción en la producción de leche, las pérdidas asociadas a la reproducción y un aumento en el sacrificio (Overton y Fetrow, 2008).
Sheldon et al. (2006) propusieron definir metritis puerperal como una inflamación del útero que resulta en la descarga vaginal acuosa rojo-marrón fétida, fiebre (> 39,5 ° C), y los signos de enfermedad sistémica, tales como la disminución de la producción de leche, matidez, u otros signos de toxemia. Sobre la base de esta definición, LeBlanc (2008) sugirió limitar el tratamiento antimicrobiano a las vacas que tenían al menos 2 signos clínicos de metritis. Numerosos estudios han demostrado la existencia de infección uterina sin fiebre, por lo cual esta no debe tomarse como un parámetro determinante a la hora de definir un tratamiento.
La metritis puede aparecer en cualquier momento después del parto, incluso pasados los 21 DEL; sin embargo, en la mayoría de los casos (-95%) se da en los primeros 14 DEL con un pico de presentación entre los 5-7 DEL. (Galvao 2012).
Es importante la utilización de un criterio común para el diagnóstico y la implementación de medidas correctivas para reducir estas patologías uterinas dentro de los establecimientos lecheros y asegurar que las vacas tengan un puerperio normal y que regresen a un estado pre gestacional lo antes posible.
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A menudo, un animal es presentado para examinar porque tiene una combinación de:
1) problemas para eliminar la placenta
2) no come
3) está deprimido
4) disminuye la producción de leche
La palpación rectal mostrará una gran cantidad de fluido en el útero con poco o nada de tono uterino. Se recomienda precaución, ya que la palpación rectal es muy subjetiva y puede ser difícil diferenciar el útero que está en proceso de involución normal de una metritis posparto; especialmente en las primeras 2 semanas.
Debido a la etiología principalmente bacteriana, los antibióticos son considerados la primera elección para el tratamiento de Metritis. El fármaco antimicrobiano de elección, la dosis, y la longitud tratamiento para metritis varía a través de las explotaciones lecheras. Los antibióticos comúnmente utilizados incluyen Penicilina, Cefalosporinas de tercera generación, Ampicilina, Oxitetraciclina, Cloxacilina y Amoxicilina.
Un problema con la mayoría de los antimicrobianos es la necesidad de que las vacas se muevan a un grupo hospital a causa del descarte de la leche; sin embargo, algunos antimicrobianos utilizados para la terapia de la metritis no requieren la separación de leche y, por tanto, tienen la ventaja de minimizar las pérdidas, porque la leche producida durante la terapia sigue siendo vendible y reduce el riesgo de contagio a otras enfermedades que pudieran estar presentes entre las vacas en tratamiento.
La popularidad de los productos de Ceftiofur se explica por su amplio espectro antimicrobiano, el incentivo económico y la seguridad alimentaria de los medicamentos con cero días en el período de retirada de la leche, principalmente aquellos de larga acción, por la ventaja de completar el tratamiento con una sola dosis.
Aunque los AINES (antiinflamatorios no esteroides) no parecen mejorar la eficiencia reproductiva o la producción de leche de manera directa, cuando se utiliza en combinación con antimicrobianos sistémicos su acción analgésica y antiinflamatoria contribuyen al bienestar animal durante una enfermedad dolorosa y estresante.
Muchos propietarios o administradores de tambos deben confiar en sus empleados para identificar y tratar las vacas enfermas, en caso de que la tarea no sea realizada periódicamente por un Veterinario. Los practicantes deben ser entrenados apropiadamente por los profesionales respecto a los signos de las enfermedades del postparto. Una mejor comprensión de las actitudes y prácticas de los evaluadores de vaca fresca con respecto al tratamiento de metritis ayudará al éxito del procedimiento.
Protocolarizar los tratamientos donde se incluye mantener registros precisos, teniendo en cuenta droga, dosis, sitio de aplicación, duración del tratamiento y observando los retiros de descarte en leche y previos a faena, nos permitirá evaluar la efectividad de los protocolos aplicados a partir del análisis de datos propios del establecimiento, sin dejar de lado las medidas de higiene (agujas, guantes, etc.) y buenas prácticas de manejo durante todo el proceso.
Resulta esencial seguir generando nuevos estudios e investigaciones para pulir los métodos diagnósticos y definir los mejores tratamientos en las patologías uterinas pero, sin dudas, el concepto más importante es la prevención".