El INTA realizó un relevamiento para caracterizar el uso que hace la agricultura familiar de las diferentes energías. Solo 1% utiliza panel solar.
El relevamiento, que se realizó en 47 localidades de la Región Pampeana, demostró que el uso de energías renovables y artefactos eficientes es aún incipiente. A pesar de que el 48 % de los productores familiares identificó frecuentes cortes de luz y el 64 % consideró altos los costos de la energía, solo 1% utiliza panel solar para reemplazar la red eléctrica. Pero además, en más del 30 % de los casos, un productor recorre al menos 10 kilómetros para comprar gas envasado, remplazando esta fuente de calor por leña en el 77% de los casos, sin embargo apenas un 5 % calefacciona ambientes con estufas mejoradas.
Edurne Battista, especialista en energías renovables del INTA, señaló que la matriz energética que utiliza la agricultura en la región pampeana es bien diversa. Para cubrir la demanda energética, los agricultores recurren a usos simultáneos de fuentes y artefactos. "Registramos alrededor de 30 artefactos distintos para cocinar, calentar agua, calefaccionar, bombear agua y refrigerar", expresó Battista y agregó: "Esta diversidad de artefactos indica que los agricultores tienen como estrategia disponer de varios tipos de artefactos. Así, cubren sus necesidades según el momento del año y las posibilidades económicas"
De acuerdo con Battista, "este diagnóstico sirve como insumo para planificar estrategias de trabajo que den respuesta a los problemas relevados a partir del aprovechamiento de energías renovables para la energización rural".
En la Argentina, son muchas las comunidades que no tienen acceso a las redes convencionales de energía, situación que se agrava en zonas de baja densidad poblacional donde es muy costoso extenderlas. Allí, los equipos que funcionan con energía renovable significarían un gran paso para los agricultores.
"Es necesario diversificar el acceso a la energía para la agricultura familiar de manera situada y particular", reflexionó Justianovich y añadió: "Tenemos el desafío de lograr que cada productor que reside en el campo pueda generar la energía necesaria para mejorar la calidad de vida, la salud y la seguridad alimentaria de su familia".
En este sentido, Battista advirtió que antes de instalar un dispositivo es necesario hacer un análisis del requerimiento energético. Así, en función de la demanda se hace la búsqueda y propuesta de la tecnología más eficiente y adecuada.
"Si una familia necesita gas y tienen efluentes que provienen de la cría de animales, sabemos que eso puede ser aprovechado para la generación de biogás, por lo que avanzaríamos en el dimensionamiento de un biodigestor", ejemplificó Battista y agregó: "Esto evitaría que dependa de la garrafa y que recorra muchos kilómetros".
El CIPAF posee un catalogo completo de las recomendaciones para mejorar las herramientas y las fuentes de energía en la agricultura familiar.