El Censo Nacional Agropecuario, contado desde adentro por el ingeniero agrónomo Gerardo Di Pino. Especial ZonaCampoTV
Miguel Viñuales/ZonaCampoTV
Si bien es más conocido en el medio como miembro del equipo de monitoreo de tucura de la Municipalidad, el ingeniero agrónomo Gerardo Di Pino hizo la mayor parte de su carrera profesional trabajando en el sector privado.
Graduado en 2008 en la Universidad Nacional del Centro, trabajó varios años en la zona del Oeste de la provincia asesorando empresas agrícolas, incluyendo monitoreos para un pool de siembra en Pehuajó y e incluso en el grupo Los Grobo cubriendo la zona de Saladillo, Las Flores y Carlos Casares. Después se trasladó a Bolívar y comenzó paralelamente un emprendimiento productivo propio en un establecimiento familiar, de 2011 a 2014.
En 2012, ya radicado en Olavarría, empezó a trabajar medio día en el municipio en el marco de la campaña de tucura, siguiendo actualmente en ese lugar junto con su actividad privada. En 2019 fue convocado para realizar, junto a un equipo de profesionales, el Censo Nacional Agropecuario en el partido, lo cual –reconoce- fue una experiencia diferente a las demás, que lo impactó y que repetiría.
"Luego de la capacitación, nos asignaron unas 140 explotaciones a cada censista y nos entregaron las tabletas con el modelo y el software. INTA, Funsaga y otras entidades rurales nos ayudaron para armar el listado y lo repartimos entre los siete", explica Di Pino.
"Hubo mucha predisposición y hospitalidad por parte de los productores, y el sistema resultó bastante flexible. En muchas ocasiones salimos a campo, pero también hicimos muchas entrevistas en Olavarría, coordinándolas con el productor, cuando les resultaba más cómodo. Eso también facilitó las cosas por las limitaciones de presupuesto con que contábamos los censistas", agrega.
Mano a mano
Siendo esta su primera experiencia como censista, Gerardo Di Pino considera que fue un desafío diferente, porque el contacto es muy directo, mucho más que en otro tipo de trabajos o monitoreos que realiza habitualmente.
"Es importante conocer a nuestros productores, ver cómo trabajan, que nivel tecnológico aplica. También son muy fuertes los contrastes, un día te toca entrevistar una empresa grande, con la administración en el centro, y al otro día vas a ver una pareja de ancianos que viven solos en el medio del campo, sin servicios, sin señal de teléfono", menciona.
"También me pasó de llegar a un taller y encontrar que había varios productores en el lugar, y los entrevisté a todos en ronda, o que se me hizo tarde en casa de un productor, y llega la hora de la cena y te invitan a picar algo mientras vas cerrando. Hay cosas lindas, y cosas que cuesta contar, ver realidades muy fuertes de cómo viven algunos productores", rememora.
Gerardo Di Pino hizo alrededor de 200 censos entre septiembre y fines de marzo, y terminó cubriendo la zona de un compañero que no pudo seguir con el trabajo. Considera que "fue un lindo trabajo, ya que esto te muestra la realidad que está atravesando nuestro campo, desde el pequeño al grande, desde el propietario al arrendatario, sucesor, administrador. Faltó a mi criterio algo de soporte técnico y divulgación, ya que el cuestionario a veces se saturaba y andaba muy lento, y creo que muchos productores se enteraron tarde o ni siquiera estaban al tanto".
Finalmente, enfatiza que tener estos datos a corto plazo va a ser muy importante para actualizar la información existente, que remonta del año 2009, y espera que sirva al estado para generar mejoras al sector y especialmente, para que la familia agropecuaria pueda tener mejor y más recursos para llevar adelante la producción.