Equipo de protección personal, otro pilar de las BPA
Siguiendo con el ciclo de seguridad y Buenas Prácticas Agrícolas, hablamos con miembros del staff técnico de CASAFE sobre protección personal, interpretación de etiquetas y manipulación de envases.
Todo comenzó hace un par de meses, cuando una entrevista con Pablo "Patuco" Méndez nos hizo cambiar el chip con relación a la perspectiva general que se suele tener de la agricultura de precisión. O al menos la que teníamos nosotros, porque siempre veníamos hablando de que la precisión en ganadería se basa en procesos, mientras que en agricultura se basa en insumos, satélites, electrónica, y varios etcéteras más.
Patuco Méndez es Ing. Agr. y Coordinador de CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) para la Región de Buenos Aires y La Pampa nos dejó bien en claro que los procesos, las decisiones correctas y las buenas prácticas inciden mucho más en la seguridad personal y medioambiental que una molécula determinada o un biológico.
Por eso empezamos a trabajar en un ciclo sobre buenas prácticas agrícolas (BPA), que nos pareció fundamental como información para la comunidad. Hoy le llegó el turno al el equipo de protección personal y la manipulación e identificación de envases de fitosanitarios, para lo cual convocamos nuevamente a Patuco y a su compañero de staff Daniel López, Ing. Agr. y Coordinador para la Región Patagonia.
Z.C.: Patuco, en la última charla nos habías marcado la diferencia entre peligro, riesgo y exposición. ¿Podés recordarnos algo al respecto, como para retomar el tema?
Patuco Méndez: Esta comprensión es una parte importante de las buenas prácticas, donde se busca disminuir el riesgo respecto de uso de los productos fitosanitarios. La diferencia fundamental es que el peligro es algo con el potencial de causar un daño a las personas o al medioambiente, mientras que riesgo es la posibilidad de que un ese peligro realmente suceda. A veces usamos el ejemplo del auto, es algo que puede causar daño potencialmente, pero el riesgo es diferente si lo conduzco a alta velocidad con neblina, o lo hago a una velocidad prudente en un día despejado.
Z.C.: ¿Qué lugar ocupa el equipo de protección personal en las BPA la disminución del riesgo?
Daniel López: La exposición es el parámetro que tenemos que manejar para disminuir el riesgo, evitando exponernos a un peligro potencial. En el caso de los productos fitosanitarios, es que está más expuesto es quien los manipula o aplica, entonces el equipo de protección personal funciona como una barrera que evita el contacto minimizando la exposición y por lo tanto el riesgo. El cuerpo humano tiene diferentes vías de exposición, oral, dermal, ocular o por inhalación, por lo tanto el equipo debe proteger todas estas zonas para evitar el posible ingreso por cualquier vía.
Z.C.: Habiendo tantos insumos y productos disponibles, ¿Cómo saber qué elegir en cada ocasión y cómo usarlo?
Daniel López: En primer lugar, hay que atender las recomendaciones del técnico que prescribió el producto, ya que además de confeccionar la receta agronómica debe recomendar qué tipo de protección utilizar. En segundo lugar tenemos las etiquetas, que deben ser consideradas como un verdadero documento que acompañan a cada envase donde están indicados todos los elementos de protección adecuados para su manejo. En tercer lugar podemos mencionar la guía de productos fitosanitarios de CASAFE, una app que se descarga en cualquier teléfono celular y brinda mucha información sobre cada producto, incluido el equipo de protección. Y finalmente, tenemos las hojas de seguridad que acompañan o deberían acompañar a cada producto con información al respecto.
Z.C.: Mencionan a la etiqueta como un "verdadero documento" que acompaña el envase ¿qué significa esto y qué alcances tiene?
Patuco Méndez: Es un documento porque debe estar incluida obligatoriamente en cada envase, y está sujeta a numerosas regulaciones que indican qué información tiene que incluir, cómo debe estar distribuida en el diseño de la etiqueta. No se trata de un elemento de marketing o promoción del producto sino que tiene información fundamental referida a la marca o nombre comercial, el principio activo, cantidades, sustancias auxiliares. También tiene información sobre el fabricante, dirección, teléfono, registro en SENASA, número de partida y lote además de una sección importante con recomendaciones de seguridad, manipulación, almacenamiento y transporte de estos productos. Otra sección contiene las dosis de aplicación, cantidades y volúmenes en el caldo de aplicación, y finalmente una sección relativa a la banda toxicológica, que se refiere al grado de toxicidad , encima de lo cual están los pictogramas, imágenes que indican qué elementos de protección personal hay que usar antes, durante y después de la aplicación de fitosanitarios.
Z.C.: ¿Cómo deben tratarse y disponerse los envases luego de utilizados?
Patuco Méndez: Luego del cargado el producto en el tanque de la pulverizadora o el avión, la persona que lo hizo, que suele ser el aplicador debe lavar cada envase con cualquiera de los dos métodos, el triple lavado manual para envases de uno, cinco o hasta diez litros o el lavado a presión para bidones más grandes si es que la máquina tiene el equipo. En los dos casos se hace con agua limpia durante treinta segundos, con la salvedad de que en el caso del lavado manual hay que repetirlo tres veces, y luego hay que volcar esto en el mixer de carga del tanque, perforando finalmente el fondo del envase para impedir su reutilización. Con esto se da cumplimiento a la norma IRAM 12069 que establece que con esto el envase queda limpio en un 99,9%.
Daniel López: Con cualquiera de estas dos técnicas de lavado, que se consideran parte de las buenas prácticas agrícolas El envase se debe perforar en el fondo y se lo debe conservar con la etiqueta intacta en un lugar bien ventilado y con el piso impermeable, cerrado con llave y sin acceso de niños o personas ajenas al tema, hasta el momento de ser trasladados a los denominados CAT, centros de acopio transitorios, donde ya entran dentro del programa de alcance nacional Campo Limpio que contempla el retiro y el reciclaje de los envases en conformidad con la ley 27.279 que reglamente el tratamiento de envases vacíos en el país.
Z.C.: Daniel, vos coordinás la región patagónica de CASAFE, que a primera vista debe tener desafíos bastante diferentes a los que ve Patuco en región pampeana. ¿Qué puntos en común encuentran y qué situaciones particulares?
Daniel López: El más importante que tenemos en común es la difusión de las buenas prácticas agrícolas y el uso responsable de fitosanitarios, que se especifica un poco en nuestro caso al referirse a la producción frutícola y hortícola. En cuanto a situaciones particulares, se da a nivel de productores regionales, en la cual la fruticultura está más adelantada por la certificación para la exportación de sus productos, mientras que tenemos desafío por delante con las familias y productores hortícolas que comercializan sus productos en ferias regionales con características especiales, muy rotativas, estaciones, entonces es más difícil hacer un seguimiento. Nuestro objetivo es poder llegar a todos en la difusión de las BPA para garantizar la producción de alimentos inocuos, de los que todos dependemos como consumidores finales de la cadena.
Patuco Méndez: Coincido con Daniel, el principal desafío común es concientizar sobre las buenas prácticas agrícolas, el uso responsable de fitosanitarios a lo largo de todo el ciclo desde que un profesional toma una decisión respecto de un producto, las prácticas de aplicación, el equipo de protección personal, los retiros y tiempos de carencia luego de la aplicación y finalmente el manejo y lavado de envases y maquinarias. Y en lo que hace a nuestra región en particular, el desafío lo tenemos en el llamado conflicto campo-ciudad tanto en grandes urbes como en pueblos del interior de las provincias, apuntamos a que los productores de zonas periurbanas trabajen responsablemente cuidando el ambiente y la población. Para ello contamos con el apoyo de las municipalidades, agrupaciones de profesionales y las sociedades rurales locales.
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Patuco Méndez es Ing. Agr. y Coordinador de CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) para la Región de Buenos Aires y La Pampa nos dejó bien en claro que los procesos, las decisiones correctas y las buenas prácticas inciden mucho más en la seguridad personal y medioambiental que una molécula determinada o un biológico.
Por eso empezamos a trabajar en un ciclo sobre buenas prácticas agrícolas (BPA), que nos pareció fundamental como información para la comunidad. Hoy le llegó el turno al el equipo de protección personal y la manipulación e identificación de envases de fitosanitarios, para lo cual convocamos nuevamente a Patuco y a su compañero de staff Daniel López, Ing. Agr. y Coordinador para la Región Patagonia.
Z.C.: Patuco, en la última charla nos habías marcado la diferencia entre peligro, riesgo y exposición. ¿Podés recordarnos algo al respecto, como para retomar el tema?
Patuco Méndez: Esta comprensión es una parte importante de las buenas prácticas, donde se busca disminuir el riesgo respecto de uso de los productos fitosanitarios. La diferencia fundamental es que el peligro es algo con el potencial de causar un daño a las personas o al medioambiente, mientras que riesgo es la posibilidad de que un ese peligro realmente suceda. A veces usamos el ejemplo del auto, es algo que puede causar daño potencialmente, pero el riesgo es diferente si lo conduzco a alta velocidad con neblina, o lo hago a una velocidad prudente en un día despejado.
Z.C.: ¿Qué lugar ocupa el equipo de protección personal en las BPA la disminución del riesgo?
Daniel López: La exposición es el parámetro que tenemos que manejar para disminuir el riesgo, evitando exponernos a un peligro potencial. En el caso de los productos fitosanitarios, es que está más expuesto es quien los manipula o aplica, entonces el equipo de protección personal funciona como una barrera que evita el contacto minimizando la exposición y por lo tanto el riesgo. El cuerpo humano tiene diferentes vías de exposición, oral, dermal, ocular o por inhalación, por lo tanto el equipo debe proteger todas estas zonas para evitar el posible ingreso por cualquier vía.
Z.C.: Habiendo tantos insumos y productos disponibles, ¿Cómo saber qué elegir en cada ocasión y cómo usarlo?
Daniel López: En primer lugar, hay que atender las recomendaciones del técnico que prescribió el producto, ya que además de confeccionar la receta agronómica debe recomendar qué tipo de protección utilizar. En segundo lugar tenemos las etiquetas, que deben ser consideradas como un verdadero documento que acompañan a cada envase donde están indicados todos los elementos de protección adecuados para su manejo. En tercer lugar podemos mencionar la guía de productos fitosanitarios de CASAFE, una app que se descarga en cualquier teléfono celular y brinda mucha información sobre cada producto, incluido el equipo de protección. Y finalmente, tenemos las hojas de seguridad que acompañan o deberían acompañar a cada producto con información al respecto.
Z.C.: Mencionan a la etiqueta como un "verdadero documento" que acompaña el envase ¿qué significa esto y qué alcances tiene?
Patuco Méndez: Es un documento porque debe estar incluida obligatoriamente en cada envase, y está sujeta a numerosas regulaciones que indican qué información tiene que incluir, cómo debe estar distribuida en el diseño de la etiqueta. No se trata de un elemento de marketing o promoción del producto sino que tiene información fundamental referida a la marca o nombre comercial, el principio activo, cantidades, sustancias auxiliares. También tiene información sobre el fabricante, dirección, teléfono, registro en SENASA, número de partida y lote además de una sección importante con recomendaciones de seguridad, manipulación, almacenamiento y transporte de estos productos. Otra sección contiene las dosis de aplicación, cantidades y volúmenes en el caldo de aplicación, y finalmente una sección relativa a la banda toxicológica, que se refiere al grado de toxicidad , encima de lo cual están los pictogramas, imágenes que indican qué elementos de protección personal hay que usar antes, durante y después de la aplicación de fitosanitarios.
Z.C.: ¿Cómo deben tratarse y disponerse los envases luego de utilizados?
Patuco Méndez: Luego del cargado el producto en el tanque de la pulverizadora o el avión, la persona que lo hizo, que suele ser el aplicador debe lavar cada envase con cualquiera de los dos métodos, el triple lavado manual para envases de uno, cinco o hasta diez litros o el lavado a presión para bidones más grandes si es que la máquina tiene el equipo. En los dos casos se hace con agua limpia durante treinta segundos, con la salvedad de que en el caso del lavado manual hay que repetirlo tres veces, y luego hay que volcar esto en el mixer de carga del tanque, perforando finalmente el fondo del envase para impedir su reutilización. Con esto se da cumplimiento a la norma IRAM 12069 que establece que con esto el envase queda limpio en un 99,9%.
Daniel López: Con cualquiera de estas dos técnicas de lavado, que se consideran parte de las buenas prácticas agrícolas El envase se debe perforar en el fondo y se lo debe conservar con la etiqueta intacta en un lugar bien ventilado y con el piso impermeable, cerrado con llave y sin acceso de niños o personas ajenas al tema, hasta el momento de ser trasladados a los denominados CAT, centros de acopio transitorios, donde ya entran dentro del programa de alcance nacional Campo Limpio que contempla el retiro y el reciclaje de los envases en conformidad con la ley 27.279 que reglamente el tratamiento de envases vacíos en el país.
Z.C.: Daniel, vos coordinás la región patagónica de CASAFE, que a primera vista debe tener desafíos bastante diferentes a los que ve Patuco en región pampeana. ¿Qué puntos en común encuentran y qué situaciones particulares?
Daniel López: El más importante que tenemos en común es la difusión de las buenas prácticas agrícolas y el uso responsable de fitosanitarios, que se especifica un poco en nuestro caso al referirse a la producción frutícola y hortícola. En cuanto a situaciones particulares, se da a nivel de productores regionales, en la cual la fruticultura está más adelantada por la certificación para la exportación de sus productos, mientras que tenemos desafío por delante con las familias y productores hortícolas que comercializan sus productos en ferias regionales con características especiales, muy rotativas, estaciones, entonces es más difícil hacer un seguimiento. Nuestro objetivo es poder llegar a todos en la difusión de las BPA para garantizar la producción de alimentos inocuos, de los que todos dependemos como consumidores finales de la cadena.
Patuco Méndez: Coincido con Daniel, el principal desafío común es concientizar sobre las buenas prácticas agrícolas, el uso responsable de fitosanitarios a lo largo de todo el ciclo desde que un profesional toma una decisión respecto de un producto, las prácticas de aplicación, el equipo de protección personal, los retiros y tiempos de carencia luego de la aplicación y finalmente el manejo y lavado de envases y maquinarias. Y en lo que hace a nuestra región en particular, el desafío lo tenemos en el llamado conflicto campo-ciudad tanto en grandes urbes como en pueblos del interior de las provincias, apuntamos a que los productores de zonas periurbanas trabajen responsablemente cuidando el ambiente y la población. Para ello contamos con el apoyo de las municipalidades, agrupaciones de profesionales y las sociedades rurales locales.
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