Actualización del pronóstico de estrés por calor en bovinos de carne en la región
El ìndice exclusivo elaborado para ZonaCampo por el Vet. Joaquin Armendano muestra la previsión de condiciones meteorológicas asociadas a estrés por calor
Estrés por calor en bovinos para carne.
Interpretación de pronósticos meteorológicos
Joaquín I. Armendano, Vet., MSc., MPH
Especialista en Salud Animal
armendano.joaquin @ gmail,com
Asegurar el bienestar de los animales durante el verano y lograr la mayor eficiencia productiva durante esta etapa del año requiere de un correcto planeamiento estratégico previo, del monitoreo de los animales y de las condiciones ambientales y de la adopción de medidas de manejo específicas. En este contexto, los pronósticos meteorológicos representan una herramienta que debería utilizarse de manera rutinaria en la toma de decisiones, ya sea para la planificación de las actividades más habituales o para la implementación de medidas específicas destinadas a mitigar el calor, en caso de ser necesarias.
Para interpretar los pronósticos es importante tener en cuenta que el confort térmico de los animales está afectado en primera instancia por variables ambientales tales como la temperatura del aire, la humedad atmosférica, la velocidad del viento y la radiación solar directa e indirecta. Es por eso, que en general, para lograr una valoración más simple del ambiente, se emplean diferentes tipos de indicadores calculados a partir de estas variables ambientales. Existen diferentes indicadores de estrés por calor que se han ido desarrollando a lo largo de los años, siendo el Índice de Temperatura y Humedad (ITH) uno de los más difundidos y usados en ganadería. Si bien la versión más conocida de este indicador sólo considera los efectos de la temperatura y la humedad, existe una versión más reciente de este indicador que incorpora los efectos de la velocidad del viento y la radiación solar (ITH ajustado).
Intensidad de las condiciones de estrés por calor
A parir del ITH (o del ITH ajustado) puede categorizarse la intensidad de las condiciones de estrés por calor. En bovinos para carne, la intensidad se clasifica como Alerta (estrés calórico leve; ITH≥75), Peligro (estrés calórico moderado; ITH≥79) y Emergencia (estrés calórico severo; ITH≥84).
En general, en razas no adaptadas a altas temperaturas (ej. Angus, Polled Hereford, etc.), los primeros signos clínicos de estrés por calor (ej. aumento de la frecuencia respiratoria), comienzan a observarse cuando el ITH es mayor a 75 (Alerta), o inclusive pueden llegar a percibirse antes. Sin embargo, la salud y productividad de los animales comenzará a verse afectada de manera más pronunciada cuando el ITH sea mayor a 79 (Peligro), momento en el que los animales comienzan a estar en riesgo de presentar una carga calórica excesiva.
No debe perderse de vista que la tolerancia al calor varia marcadamente entre razas, siendo las británicas las más sensibles al calor y las cruzas índicas (Ej. Brangus, Braford) o razas índicas (Ej. Nelore, Brahman), las más tolerantes. Esto implicaría que los valores de ITH en los que se alcanzarían los niveles de Alerta, Peligro o Emergencia deberían ser diferentes para las diferentes razas. Sin embargo, en el caso del ITH no se han desarrollado umbrales de estrés por calor diferenciales para cada raza, siendo esta una de las principales limitantes de este indicador.
Por otro lado, además del componente ambiental y racial, debe tenerse en cuenta el efecto de las condiciones microambientales, que pueden variar de acuerdo con el tipo de suelo (corrales de engorde vs. sistemas pastoriles), nivel de mantenimiento de los corrales, características de la vegetación en los potreros, disponibilidad de fuentes de sombra y la velocidad de la corriente de aire en el sitio donde se encuentren los animales. A su vez, la respuesta animal también estará condicionada por otros aspectos, 2 tales como el color del pelaje, estado general de salud, nivel de aclimatación, grado de engrasamiento, tipo de dieta, disponibilidad y temperatura del agua de bebida, presencia de moscas, actividad física (movimientos y trabajo con los animales) y consumo de dosis tóxicas de ergoalcaloides (Ej. consumo de "festucas tóxicas" o Claviceps purpurea).
Tiempo de exposición y efecto acumulativo
Debe tenerse en cuenta que el ITH (o ITH ajustado) da una idea de la intensidad del estrés por calor propiciado por el ambiente, pero no contempla el efecto acumulativo del calor sobre los animales. Por tanto, debe considerarse la cantidad de tiempo que los animales están expuestos a una determinada condición de estrés durante el día.
Otro punto importante para considerar, son las condiciones ambientales nocturnas, debido a que estas influyen sobre la capacidad de los animales de eliminar la carga calórica que han ido acumulando durante el día. En este sentido, cuando el ITH no desciende por debajo de las 72 unidades (aproximadamente 20 – 21°C) por más de 6 a 8 horas, los animales verán comprometidas sus posibilidades de disipar todo el calor que han acumulado, que se sumará a la carga calórica del día siguiente, acentuando el efecto negativo del calor.
Un evento climático que merece especial atención son las olas de calor. Si bien existen numerosas definiciones técnicas para este fenómeno, los rasgos que caracterizan a estos eventos son la ocurrencia de varios días consecutivos con elevadas cargas calóricas ambientales durante el día (ej. ITH máximo superior a 79), con noches que no favorecen la correcta disipación del calor acumulado. Estos eventos exacerban marcadamente el efecto del calor sobre los animales, afectando no sólo su bienestar y performance productiva, sino también aumentando su riesgo de muerte.
Puntos importantes para la interpretación de los pronósticos
A hora de interpretar pronósticos de ITH máximo y mínimo, es importante considerar los siguientes puntos:
• Los pronósticos de ITH máximo para un día en particular permiten conocer cuál será la intensidad máxima de estrés por calor que propiciará el ambiente ese día, pero no permiten valorar el efecto acumulativo del calor sobre los animales.
• Los pronósticos de ITH mínimo para un día en particular permiten valorar si habrá condiciones que permitan a los animales disipar calor durante la noche (en caso de haber acumulado calor durante el día). Igualmente, es importante que esas condiciones duren al menos 6 a 8 horas antes que los animales estén expuestos nuevamente a condiciones de estrés por calor.
• Los pronósticos extendidos de ITH máximo y mínimo permite ir monitoreando la evolución de las condiciones ambientales y dan más noción del riesgo de que los animales vayan acumulando calor a lo largo de los días. A su vez, permite identificar eventos más extremos, como olas de calor. Debe tenerse presente que, si bien esta secuencia de pronósticos brinda una idea de el efecto acumulativo del calor, existen otros indicadores que permiten estimar de manera más explícita cual es la carga calórica acumulada en los animales.
Los pronósticos meteorológicos y la toma de decisiones
En base a todo lo mencionado anteriormente, debe pensarse en los pronósticos de ITH, como una herramienta que contribuye al manejo proactivo de los animales, permitiendo realizar ajustes de corto plazo destinados a minimizar los efectos negativos del calor. Es importante identificar aquellos días en los que se pronostiquen cargas calóricas ambientales excesivas, a los fines de evitar, movimientos o trabajos con la hacienda. A su vez, deberán tomarse mayores recaudos si en el pronóstico extendido se presentan varios días consecutivos con elevadas intensidades de estrés por calor durante el día, acompañados de noches relativamente cálidas. Los pronósticos también pueden orientar la implementación anticipada de medidas más específicas (mojado de los animales o los corrales, cambios de emergencia en las raciones, etc.), aunque es recomendable que para la implementación de este tipo de medidas, la información de los pronósticos meteorológicos se interprete en conjunto con otros criterios, tales como la valoración de condiciones ambientales y microambientales en el sitio en el que se encuentran los animales y la valoración la respuesta animal (comportamiento, frecuencia respiratoria, presencia de jadeo).
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Joaquín I. Armendano, Vet., MSc., MPH
Especialista en Salud Animal
armendano.joaquin @ gmail,com
Asegurar el bienestar de los animales durante el verano y lograr la mayor eficiencia productiva durante esta etapa del año requiere de un correcto planeamiento estratégico previo, del monitoreo de los animales y de las condiciones ambientales y de la adopción de medidas de manejo específicas. En este contexto, los pronósticos meteorológicos representan una herramienta que debería utilizarse de manera rutinaria en la toma de decisiones, ya sea para la planificación de las actividades más habituales o para la implementación de medidas específicas destinadas a mitigar el calor, en caso de ser necesarias.
Para interpretar los pronósticos es importante tener en cuenta que el confort térmico de los animales está afectado en primera instancia por variables ambientales tales como la temperatura del aire, la humedad atmosférica, la velocidad del viento y la radiación solar directa e indirecta. Es por eso, que en general, para lograr una valoración más simple del ambiente, se emplean diferentes tipos de indicadores calculados a partir de estas variables ambientales. Existen diferentes indicadores de estrés por calor que se han ido desarrollando a lo largo de los años, siendo el Índice de Temperatura y Humedad (ITH) uno de los más difundidos y usados en ganadería. Si bien la versión más conocida de este indicador sólo considera los efectos de la temperatura y la humedad, existe una versión más reciente de este indicador que incorpora los efectos de la velocidad del viento y la radiación solar (ITH ajustado).
Intensidad de las condiciones de estrés por calor
A parir del ITH (o del ITH ajustado) puede categorizarse la intensidad de las condiciones de estrés por calor. En bovinos para carne, la intensidad se clasifica como Alerta (estrés calórico leve; ITH≥75), Peligro (estrés calórico moderado; ITH≥79) y Emergencia (estrés calórico severo; ITH≥84).
En general, en razas no adaptadas a altas temperaturas (ej. Angus, Polled Hereford, etc.), los primeros signos clínicos de estrés por calor (ej. aumento de la frecuencia respiratoria), comienzan a observarse cuando el ITH es mayor a 75 (Alerta), o inclusive pueden llegar a percibirse antes. Sin embargo, la salud y productividad de los animales comenzará a verse afectada de manera más pronunciada cuando el ITH sea mayor a 79 (Peligro), momento en el que los animales comienzan a estar en riesgo de presentar una carga calórica excesiva.
No debe perderse de vista que la tolerancia al calor varia marcadamente entre razas, siendo las británicas las más sensibles al calor y las cruzas índicas (Ej. Brangus, Braford) o razas índicas (Ej. Nelore, Brahman), las más tolerantes. Esto implicaría que los valores de ITH en los que se alcanzarían los niveles de Alerta, Peligro o Emergencia deberían ser diferentes para las diferentes razas. Sin embargo, en el caso del ITH no se han desarrollado umbrales de estrés por calor diferenciales para cada raza, siendo esta una de las principales limitantes de este indicador.
Por otro lado, además del componente ambiental y racial, debe tenerse en cuenta el efecto de las condiciones microambientales, que pueden variar de acuerdo con el tipo de suelo (corrales de engorde vs. sistemas pastoriles), nivel de mantenimiento de los corrales, características de la vegetación en los potreros, disponibilidad de fuentes de sombra y la velocidad de la corriente de aire en el sitio donde se encuentren los animales. A su vez, la respuesta animal también estará condicionada por otros aspectos, 2 tales como el color del pelaje, estado general de salud, nivel de aclimatación, grado de engrasamiento, tipo de dieta, disponibilidad y temperatura del agua de bebida, presencia de moscas, actividad física (movimientos y trabajo con los animales) y consumo de dosis tóxicas de ergoalcaloides (Ej. consumo de "festucas tóxicas" o Claviceps purpurea).
Tiempo de exposición y efecto acumulativo
Debe tenerse en cuenta que el ITH (o ITH ajustado) da una idea de la intensidad del estrés por calor propiciado por el ambiente, pero no contempla el efecto acumulativo del calor sobre los animales. Por tanto, debe considerarse la cantidad de tiempo que los animales están expuestos a una determinada condición de estrés durante el día.
Otro punto importante para considerar, son las condiciones ambientales nocturnas, debido a que estas influyen sobre la capacidad de los animales de eliminar la carga calórica que han ido acumulando durante el día. En este sentido, cuando el ITH no desciende por debajo de las 72 unidades (aproximadamente 20 – 21°C) por más de 6 a 8 horas, los animales verán comprometidas sus posibilidades de disipar todo el calor que han acumulado, que se sumará a la carga calórica del día siguiente, acentuando el efecto negativo del calor.
Un evento climático que merece especial atención son las olas de calor. Si bien existen numerosas definiciones técnicas para este fenómeno, los rasgos que caracterizan a estos eventos son la ocurrencia de varios días consecutivos con elevadas cargas calóricas ambientales durante el día (ej. ITH máximo superior a 79), con noches que no favorecen la correcta disipación del calor acumulado. Estos eventos exacerban marcadamente el efecto del calor sobre los animales, afectando no sólo su bienestar y performance productiva, sino también aumentando su riesgo de muerte.
Puntos importantes para la interpretación de los pronósticos
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• Los pronósticos de ITH máximo para un día en particular permiten conocer cuál será la intensidad máxima de estrés por calor que propiciará el ambiente ese día, pero no permiten valorar el efecto acumulativo del calor sobre los animales.
• Los pronósticos de ITH mínimo para un día en particular permiten valorar si habrá condiciones que permitan a los animales disipar calor durante la noche (en caso de haber acumulado calor durante el día). Igualmente, es importante que esas condiciones duren al menos 6 a 8 horas antes que los animales estén expuestos nuevamente a condiciones de estrés por calor.
• Los pronósticos extendidos de ITH máximo y mínimo permite ir monitoreando la evolución de las condiciones ambientales y dan más noción del riesgo de que los animales vayan acumulando calor a lo largo de los días. A su vez, permite identificar eventos más extremos, como olas de calor. Debe tenerse presente que, si bien esta secuencia de pronósticos brinda una idea de el efecto acumulativo del calor, existen otros indicadores que permiten estimar de manera más explícita cual es la carga calórica acumulada en los animales.
Los pronósticos meteorológicos y la toma de decisiones
En base a todo lo mencionado anteriormente, debe pensarse en los pronósticos de ITH, como una herramienta que contribuye al manejo proactivo de los animales, permitiendo realizar ajustes de corto plazo destinados a minimizar los efectos negativos del calor. Es importante identificar aquellos días en los que se pronostiquen cargas calóricas ambientales excesivas, a los fines de evitar, movimientos o trabajos con la hacienda. A su vez, deberán tomarse mayores recaudos si en el pronóstico extendido se presentan varios días consecutivos con elevadas intensidades de estrés por calor durante el día, acompañados de noches relativamente cálidas. Los pronósticos también pueden orientar la implementación anticipada de medidas más específicas (mojado de los animales o los corrales, cambios de emergencia en las raciones, etc.), aunque es recomendable que para la implementación de este tipo de medidas, la información de los pronósticos meteorológicos se interprete en conjunto con otros criterios, tales como la valoración de condiciones ambientales y microambientales en el sitio en el que se encuentran los animales y la valoración la respuesta animal (comportamiento, frecuencia respiratoria, presencia de jadeo).
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
El ingeniero agrónomo Ricardo Silvestro, de la firma Rindes y Cultivos DAS, analiza la campaña de trigo y cebada. Explica cómo los vaivenes de clima afectaron a los cultivos y la importancia de las aplicaciones preventivas para controlar enfermedades