"CareSumers": cómo impactan las redes sociales en la producción ganadera
Impulsados por los deseos de los consumidores de saber cómo se produjo la carne que están por comer, los productores tienen cada vez más en cuenta el manejo de los animales.
"Hoy ya no se habla de consumers -consumidores-, sino de caresumers -care en inglés significa cuidado, consumidores que se ocupan del como-, que tienen en cuenta no sólo el producto en sí, sino también cuestiones morales, sociales y ambientales", relató Natalia Aguilar, PhD en Zootecnia, especialista del Inta Colonia Benítez, Chaco, y profesora de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), quien se refirió al tema del bienestar animal, su redefinición en la industria de los alimentos.
"Los caresumers pueden elegir no consumir y denunciar en redes sociales, haciendo que una marca o empresa quede asociada a malas prácticas", advirtió Aguilar. Y agregó: "Actualmente existen trabajos en los que se analiza la preocupación y la percepción de los consumidores modernos sobre el bienestar de los animales en producción, lo que nos lleva a entender que hace falta involucrarse más con el sentido de qué producimos u ofrecemos como productores o técnicos-asesores al consumidor".
"Los caresumers pueden elegir no consumir y denunciar en redes sociales, haciendo que una marca o empresa quede asociada a malas prácticas", advirtió Aguilar. Y agregó: "Actualmente existen trabajos en los que se analiza la preocupación y la percepción de los consumidores modernos sobre el bienestar de los animales en producción, lo que nos lleva a entender que hace falta involucrarse más con el sentido de qué producimos u ofrecemos como productores o técnicos-asesores al consumidor".
El consumidor actual, entonces, aprecia parámetros de bienestar animal sobre otros atributos de calidad; se preocupa por la calidad ética del producto (cómo son criados, tratados, alojados, sacrificados).
Según contó Aguilar durante una charla virtual del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el interés por el bienestar animal es muy antiguo. Empezó en la prehistoria. En Argentina hay dos libros emblemáticos que ya lo citan. Uno de 1819, en el que Juan Manuel de Rosas refiere instrucciones para mayordomos de estancias que debían "trabajar al ganado sin alboroto ni atropellamiento, porque de ello resultan males". En tanto que, en 1882, en "Instrucción del Estanciero", José Hernández escribió que nunca hay que sacar a la hacienda de su comportamiento natural y no se debe castigarla por el lomo".
"El bienestar animal es un tema complejo y multifacético, donde intervienen aspectos éticos, científicos, económicos, culturales, sociales y políticos, es un asunto de interés creciente en la sociedad y es una prioridad de la Organización Mundial de Sanidad Animal, que advierte sobre la importancia de contar con normas vinculadas al bienestar animal", contó Aguilar. Argentina tiene una ley de 1954, "antigua, pero ley al fin", que habla del maltrato. Es el SENASA, es la que hace regulaciones en esta temática.
Bienestar, economía y política
"Hay que pensar en un equilibrio entre el bienestar y la productividad", remarcó Aguilar. Ahora bien, desde la ciencia, la definición de bienestar animal habla de "estado físico y mental de un animal".
En este sentido, no sólo se trata de cuestiones físicas visibles (nutrición, entorno, salud física y conducta). También hay cuestiones mentales que atender a partir de experiencias negativas como puede ser dolor, miedo, estrés, frustración, soledad, o positivas, como seguridad en la manada, saciedad, recompensa, curiosidad, etc.
"Dejamos de hablar de lo físico y lo mental por separado, y es ahí donde la experiencia de los animales con los humanos es fundamental", destacó Aguilar. Y agrego: "El estrés es un factor clave, porque puede afectar el comportamiento en general, pero sobre todo el del consumo, entonces el animal pierde peso, y esto incide directamente en la producción y la rentabilidad del negocio".
"Por ahí como técnicos estamos acostumbrados a medir cuestiones técnicas, pero todos esos indicadores probablemente han tenido ya una manifestación comportamental previa, por eso invitamos a todos a observar los cambios de comportamiento de los animales, porque eso les servirá para anticipar problemas", dijo la zootecnista.
Casos: ¿Cuándo es mejor?
Aguilar mostró dos momentos en los que probaron con buenos resultados un manejo con bienestar animal y uno tradicional: todo el manejo pre y post parto y al destete.
"En realidad en todas las etapas hace la diferencia, sea en el manejo de terneros recién nacido, como al destete, pero también en los feedlots y suplementaciones a campo, y, ni hablar, en el transporte y los remates", anticipó. Y agregó: "Lo que se pueda hacer allí va a marcar al animal por el resto de su vida".
Hizo hincapié en la cría, y en cómo "el buen trato y el manejo gentil favorece todo el sistema cuando se hace desde los primeros días luego de que el animal nace".
"Vimos que animales que reciben una estimulación táctil temprana, dentro de las 48 a 72 horas de nacido, con estimulaciones táctiles, presiones positivas y estimulaciones suaves fue positivo con efectos persistentes sobre el temperamento y reacción de ese animal con los humanos a lo largo de su vida", dijo Aguilar.
También se refirió a las bondades de hacer un manejo diferencial durante el destete, algo que se conoce como manejo lado a lado, madres de un lado del alambrado, terneros del otro lado, y el creep feeding, porque los terneros que reciben alimentación al pie de la madre reaccionan mejor al momento de la separación.
"En nuestros ensayos, encontramos que aquellos animales que recibieron tratamiento alternativo han ganado entre 20-25 kilos más que los que tenían el tratamiento tradicional", contó Aguilar. Y agregó: "Vemos también que, en el manejo alternativo, los animales dedican un 53% a comer, unos puntos porcentuales más que el 46% del tiempo que dedican en el manejo tradicional".
Entonces, como resumen, Aguilar apuntó que "hoy no sólo se busca un buen trato o bienestar animal, sino que hablamos de un solo bienestar, en donde se engloba la interconexión entre el bienestar animal, humano y la conservación ambiental".
Por amor o por espanto, la producción de alimentos ha entrado en el juego que le proponen los consumidores.
Fuente: Clarín Juan I. Martínez Dodda
Foto: Rafael Mario Quinteros.
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"Los caresumers pueden elegir no consumir y denunciar en redes sociales, haciendo que una marca o empresa quede asociada a malas prácticas", advirtió Aguilar. Y agregó: "Actualmente existen trabajos en los que se analiza la preocupación y la percepción de los consumidores modernos sobre el bienestar de los animales en producción, lo que nos lleva a entender que hace falta involucrarse más con el sentido de qué producimos u ofrecemos como productores o técnicos-asesores al consumidor".
"Los caresumers pueden elegir no consumir y denunciar en redes sociales, haciendo que una marca o empresa quede asociada a malas prácticas", advirtió Aguilar. Y agregó: "Actualmente existen trabajos en los que se analiza la preocupación y la percepción de los consumidores modernos sobre el bienestar de los animales en producción, lo que nos lleva a entender que hace falta involucrarse más con el sentido de qué producimos u ofrecemos como productores o técnicos-asesores al consumidor".
El consumidor actual, entonces, aprecia parámetros de bienestar animal sobre otros atributos de calidad; se preocupa por la calidad ética del producto (cómo son criados, tratados, alojados, sacrificados).
Según contó Aguilar durante una charla virtual del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el interés por el bienestar animal es muy antiguo. Empezó en la prehistoria. En Argentina hay dos libros emblemáticos que ya lo citan. Uno de 1819, en el que Juan Manuel de Rosas refiere instrucciones para mayordomos de estancias que debían "trabajar al ganado sin alboroto ni atropellamiento, porque de ello resultan males". En tanto que, en 1882, en "Instrucción del Estanciero", José Hernández escribió que nunca hay que sacar a la hacienda de su comportamiento natural y no se debe castigarla por el lomo".
"El bienestar animal es un tema complejo y multifacético, donde intervienen aspectos éticos, científicos, económicos, culturales, sociales y políticos, es un asunto de interés creciente en la sociedad y es una prioridad de la Organización Mundial de Sanidad Animal, que advierte sobre la importancia de contar con normas vinculadas al bienestar animal", contó Aguilar. Argentina tiene una ley de 1954, "antigua, pero ley al fin", que habla del maltrato. Es el SENASA, es la que hace regulaciones en esta temática.
Bienestar, economía y política
"Hay que pensar en un equilibrio entre el bienestar y la productividad", remarcó Aguilar. Ahora bien, desde la ciencia, la definición de bienestar animal habla de "estado físico y mental de un animal".
En este sentido, no sólo se trata de cuestiones físicas visibles (nutrición, entorno, salud física y conducta). También hay cuestiones mentales que atender a partir de experiencias negativas como puede ser dolor, miedo, estrés, frustración, soledad, o positivas, como seguridad en la manada, saciedad, recompensa, curiosidad, etc.
"Dejamos de hablar de lo físico y lo mental por separado, y es ahí donde la experiencia de los animales con los humanos es fundamental", destacó Aguilar. Y agrego: "El estrés es un factor clave, porque puede afectar el comportamiento en general, pero sobre todo el del consumo, entonces el animal pierde peso, y esto incide directamente en la producción y la rentabilidad del negocio".
"Por ahí como técnicos estamos acostumbrados a medir cuestiones técnicas, pero todos esos indicadores probablemente han tenido ya una manifestación comportamental previa, por eso invitamos a todos a observar los cambios de comportamiento de los animales, porque eso les servirá para anticipar problemas", dijo la zootecnista.
Casos: ¿Cuándo es mejor?
Aguilar mostró dos momentos en los que probaron con buenos resultados un manejo con bienestar animal y uno tradicional: todo el manejo pre y post parto y al destete.
"En realidad en todas las etapas hace la diferencia, sea en el manejo de terneros recién nacido, como al destete, pero también en los feedlots y suplementaciones a campo, y, ni hablar, en el transporte y los remates", anticipó. Y agregó: "Lo que se pueda hacer allí va a marcar al animal por el resto de su vida".
Hizo hincapié en la cría, y en cómo "el buen trato y el manejo gentil favorece todo el sistema cuando se hace desde los primeros días luego de que el animal nace".
"Vimos que animales que reciben una estimulación táctil temprana, dentro de las 48 a 72 horas de nacido, con estimulaciones táctiles, presiones positivas y estimulaciones suaves fue positivo con efectos persistentes sobre el temperamento y reacción de ese animal con los humanos a lo largo de su vida", dijo Aguilar.
También se refirió a las bondades de hacer un manejo diferencial durante el destete, algo que se conoce como manejo lado a lado, madres de un lado del alambrado, terneros del otro lado, y el creep feeding, porque los terneros que reciben alimentación al pie de la madre reaccionan mejor al momento de la separación.
"En nuestros ensayos, encontramos que aquellos animales que recibieron tratamiento alternativo han ganado entre 20-25 kilos más que los que tenían el tratamiento tradicional", contó Aguilar. Y agregó: "Vemos también que, en el manejo alternativo, los animales dedican un 53% a comer, unos puntos porcentuales más que el 46% del tiempo que dedican en el manejo tradicional".
Entonces, como resumen, Aguilar apuntó que "hoy no sólo se busca un buen trato o bienestar animal, sino que hablamos de un solo bienestar, en donde se engloba la interconexión entre el bienestar animal, humano y la conservación ambiental".
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