Cuáles fueron las principales estrategias utilizadas para atenuar los efectos de la sequía
INTA Balcarce publicó los resultados de una encuesta realizada a productores sobre el impacto de la sequía de 2022 y 2023 en la región. El estudio tiene réplicas en otras regiones del país, que están en proceso de publicación.
Durante los años 2022 y 2023 la región sudeste bonaerense experimentó déficits de precipitaciones de variada intensidad, de acuerdo con la sequía generalizada que afectó a gran parte del país. Si bien en algunos casos como Olavarría y Balcarce las precipitaciones totales anuales fueron similares a los promedios históricos, pero se registraron cambios en la distribución mensual de las mismas, lo que influyó en el crecimiento de pasturas y verdeos y en consecuencia afectó la producción ganadera.
Esta información y mucho más surge del informe publicado por INTA Balcarce (puede descargarse desde aquí ), coordinado por el Ing. Agr. Hernán Urcola del Area de Economía y Sociología Rural, titulado "Estrategias utilizadas por los productores ganaderos para atenuar los efectos de la sequía en el Sudeste Bonaerense".
"Lo que se buscó fue poner algunos indicadores al impacto que tienen este tipo de eventos climáticos, porque en general todos hacemos algunas estimaciones, pero muchas veces no sabemos concretamente qué costo tiene para un establecimiento, para un partido, para una provincia, cuando tenés un evento de esta magnitud", expresó Paulo Recavarren de INTA Olavarría.
"Y en segundo lugar, quisimos saber cuáles fueron las estrategias que utilizaron los productores para enfrentar la sequía, así que el trabajo gira sobre todo en esos dos ejes. Después seguramente esto sea base para hacer las proyecciones de tipo económico-financiero, pero los dos ejes centrales son los mismos", agregó.
El proyecto se estructuró como una encuesta dentro de la cartera del Area de Economía y Sociología Rural de INTA, que coordina Urcola. "El proyecto es nacional, Hernán lo coordina en todo el país aunque tiene base en Balcarce, además del informe publicado respecto de nuestra zona se están terminando de armar los correspondientes para el NOA, NEA, Patagonia Norte, Patagonia Sur", agregó Recavarren.
Del informe surgen dos principales estrategias elegidas por los productores, prácticamente opuestas como método pero complementarias entre sí: achicar el rodeo y agregar forraje. "Se destacan esas dos medidas, achicar todo lo que se podía dentro de los campos, las categorías que uno por ahí denomina improductiva… la vaca vieja que le doy otra oportunidad, la vaca vacía, en algunos casos el excedente de vaquillonas para reposición. Y por otro, en igual magnitud, el tema de llevar alimentos al campo. Y lo que vimos fue que en realidad fue un combo de los dos, la mayoría de los productores optaron por ambas, en distintas combinaciones", apuntó el extensionista de Olavarría.
"Lo que más nos llamó la atención, lo conversamos con Hernán, es que ante esta situación extrema muchos productores se inclinaron por bajar la carga, pero muchos otros hicieron foco en incorporar comida. O sea, a pesar de estar en una situación anormal de estrés climático, los pastos no producían, la relación de precios, producto, grano, kilo de carne no estaba del todo buena, muchos productores prefirieron guardarse los animales… financiar, no sé cómo, esa comida adicional con el agravante de que muchos son criadores, y ahí tenés problemas de logística para dar de comer, de distancia, de personal, etcétera. Y bueno, eso es un indicador, ¿no?", enfatizó.
El informe hace un comparativo del ciclo 2022/23 con el histórico climático a 50 años, resultando que los déficits recient4es fueron en momentos claves para afectar negativamente la producción de forrajes. "Sequía en sistemas ganaderos es sinónimo de disminución en la producción de pasto. Depende mucho de la zona y el manejo, pero en general tuvimos en el Sudeste Bonaerense una caída de entre el 30 y el 50% en la estación de crecimiento, que para nosotros es de octubre a marzo. Y eso, por supuesto, te pega fuerte, porque más allá de que los productores usen las estrategias que usen, tenés un impacto. A modo de resumen, se perdieron entre 5 y 10 puntos de destete, perdimos entre 6 y 12 kilos del peso al destete, las recrías perdieron de 15 a 20 kilos y el impacto más grande, obviamente, es la terminación, donde los animales salieron con hasta 30 kilos menos", expresó Recavarren.
Más allá del valor estadístico del trabajo, Paulo Recavarren enfatizó la importancia como base para nuevos desarrollos de INTA al servicio del productor ganadero, brindándole herramientas para planificar mejor y sobrellevar situaciones como la pasada, que se están registrando cada vez con mayor frecuencia y se espera que continúen.
"Lo que estamos viendo ahora es cuánto le va a costar lo que pasó a cada productor, zona, partido, etc. La primera estrategia es conocer lo que tenemos. Afortunadamente, en febrero se va a recomponer este coletazo de Niña que tuvimos. Pero ahora tenemos que sentarnos y ver qué vamos a hacer el próximo invierno, la próxima salida de invierno, hasta la próxima primavera. Empezar a replantearse los esquemas productivos, planificar, acumular reservas sabiendo que va a faltar agua en algún momento del año, empezar a incorporar otros conceptos como acceso al agua, a la sombra, las cuestiones más vinculadas al bienestar animal, planificar y tratar de anticipar. No hay magia en esto. También estar atentos a los pronósticos, hoy hace meses que sabíamos que en febrero iba a llover por encima de lo normal, entonces podemos buscar estrategias como por ejemplo adelantar o atrasar la fecha de siembra de los verdeos, o ver si este es el año indicado para hacer esa pastura que queremos o no, porque se prevé una sequía en algún momento del año", agregó.
Como cierre, Paulo Recavarren destacó que este tipo de trabajos brindan a INTA y a asesores del sector privado la oportunidad de poner valores e indicadores concretos a muchas cosas de importancia para la producción ganadera. "Nos da la posibilidad de llegar y por ahí despertar reflexiones en algunos productores a los que habitualmente no llegamos, invitarlos a pensar, a planificar la manera en que toman decisiones, mostrándoles que aquellos productores que sí lo hicieron durante el período de sequía tuvieron un impacto menor. Queremos que se acerquen, acompañarlos a que aprendan a formular un plan forrajero para el próximo año, con tres escenarios posibles de un año normal, o con un 30% de pasto de más o de menos, y entonces frente a una eventualidad, ya sabés de antemano dónde tenés que actuar", concluyó.
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INTA Balcarce publicó los resultados de una encuesta realizada a productores sobre el impacto de la sequía de 2022 y 2023 en la región. El estudio tiene réplicas en otras regiones del país, que están en proceso de publicación.
Durante los años 2022 y 2023 la región sudeste bonaerense experimentó déficits de precipitaciones de variada intensidad, de acuerdo con la sequía generalizada que afectó a gran parte del país. Si bien en algunos casos como Olavarría y Balcarce las precipitaciones totales anuales fueron similares a los promedios históricos, pero se registraron cambios en la distribución mensual de las mismas, lo que influyó en el crecimiento de pasturas y verdeos y en consecuencia afectó la producción ganadera.
Esta información y mucho más surge del informe publicado por INTA Balcarce (puede descargarse desde aquí ), coordinado por el Ing. Agr. Hernán Urcola del Area de Economía y Sociología Rural, titulado "Estrategias utilizadas por los productores ganaderos para atenuar los efectos de la sequía en el Sudeste Bonaerense".
"Lo que se buscó fue poner algunos indicadores al impacto que tienen este tipo de eventos climáticos, porque en general todos hacemos algunas estimaciones, pero muchas veces no sabemos concretamente qué costo tiene para un establecimiento, para un partido, para una provincia, cuando tenés un evento de esta magnitud", expresó Paulo Recavarren de INTA Olavarría.
"Y en segundo lugar, quisimos saber cuáles fueron las estrategias que utilizaron los productores para enfrentar la sequía, así que el trabajo gira sobre todo en esos dos ejes. Después seguramente esto sea base para hacer las proyecciones de tipo económico-financiero, pero los dos ejes centrales son los mismos", agregó.
El proyecto se estructuró como una encuesta dentro de la cartera del Area de Economía y Sociología Rural de INTA, que coordina Urcola. "El proyecto es nacional, Hernán lo coordina en todo el país aunque tiene base en Balcarce, además del informe publicado respecto de nuestra zona se están terminando de armar los correspondientes para el NOA, NEA, Patagonia Norte, Patagonia Sur", agregó Recavarren.
Del informe surgen dos principales estrategias elegidas por los productores, prácticamente opuestas como método pero complementarias entre sí: achicar el rodeo y agregar forraje. "Se destacan esas dos medidas, achicar todo lo que se podía dentro de los campos, las categorías que uno por ahí denomina improductiva… la vaca vieja que le doy otra oportunidad, la vaca vacía, en algunos casos el excedente de vaquillonas para reposición. Y por otro, en igual magnitud, el tema de llevar alimentos al campo. Y lo que vimos fue que en realidad fue un combo de los dos, la mayoría de los productores optaron por ambas, en distintas combinaciones", apuntó el extensionista de Olavarría.
"Lo que más nos llamó la atención, lo conversamos con Hernán, es que ante esta situación extrema muchos productores se inclinaron por bajar la carga, pero muchos otros hicieron foco en incorporar comida. O sea, a pesar de estar en una situación anormal de estrés climático, los pastos no producían, la relación de precios, producto, grano, kilo de carne no estaba del todo buena, muchos productores prefirieron guardarse los animales… financiar, no sé cómo, esa comida adicional con el agravante de que muchos son criadores, y ahí tenés problemas de logística para dar de comer, de distancia, de personal, etcétera. Y bueno, eso es un indicador, ¿no?", enfatizó.
El informe hace un comparativo del ciclo 2022/23 con el histórico climático a 50 años, resultando que los déficits recient4es fueron en momentos claves para afectar negativamente la producción de forrajes. "Sequía en sistemas ganaderos es sinónimo de disminución en la producción de pasto. Depende mucho de la zona y el manejo, pero en general tuvimos en el Sudeste Bonaerense una caída de entre el 30 y el 50% en la estación de crecimiento, que para nosotros es de octubre a marzo. Y eso, por supuesto, te pega fuerte, porque más allá de que los productores usen las estrategias que usen, tenés un impacto. A modo de resumen, se perdieron entre 5 y 10 puntos de destete, perdimos entre 6 y 12 kilos del peso al destete, las recrías perdieron de 15 a 20 kilos y el impacto más grande, obviamente, es la terminación, donde los animales salieron con hasta 30 kilos menos", expresó Recavarren.
Más allá del valor estadístico del trabajo, Paulo Recavarren enfatizó la importancia como base para nuevos desarrollos de INTA al servicio del productor ganadero, brindándole herramientas para planificar mejor y sobrellevar situaciones como la pasada, que se están registrando cada vez con mayor frecuencia y se espera que continúen.
"Lo que estamos viendo ahora es cuánto le va a costar lo que pasó a cada productor, zona, partido, etc. La primera estrategia es conocer lo que tenemos. Afortunadamente, en febrero se va a recomponer este coletazo de Niña que tuvimos. Pero ahora tenemos que sentarnos y ver qué vamos a hacer el próximo invierno, la próxima salida de invierno, hasta la próxima primavera. Empezar a replantearse los esquemas productivos, planificar, acumular reservas sabiendo que va a faltar agua en algún momento del año, empezar a incorporar otros conceptos como acceso al agua, a la sombra, las cuestiones más vinculadas al bienestar animal, planificar y tratar de anticipar. No hay magia en esto. También estar atentos a los pronósticos, hoy hace meses que sabíamos que en febrero iba a llover por encima de lo normal, entonces podemos buscar estrategias como por ejemplo adelantar o atrasar la fecha de siembra de los verdeos, o ver si este es el año indicado para hacer esa pastura que queremos o no, porque se prevé una sequía en algún momento del año", agregó.
Como cierre, Paulo Recavarren destacó que este tipo de trabajos brindan a INTA y a asesores del sector privado la oportunidad de poner valores e indicadores concretos a muchas cosas de importancia para la producción ganadera. "Nos da la posibilidad de llegar y por ahí despertar reflexiones en algunos productores a los que habitualmente no llegamos, invitarlos a pensar, a planificar la manera en que toman decisiones, mostrándoles que aquellos productores que sí lo hicieron durante el período de sequía tuvieron un impacto menor. Queremos que se acerquen, acompañarlos a que aprendan a formular un plan forrajero para el próximo año, con tres escenarios posibles de un año normal, o con un 30% de pasto de más o de menos, y entonces frente a una eventualidad, ya sabés de antemano dónde tenés que actuar", concluyó.
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
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