Se comparó el margen bruto que arroja la producción de maíz sólo como grano, a su transformación en tres posibilidades: silo de maíz para alimentación animal, cosecha del grano para producción de carne bovina; o esto último pero para carne porcina.

El estudio, elaborado por el ingeniero agrónomo Luis Ventimiglia y el licenciado en Economía Lisandro Torrens Baudriz, se propuso determinar en cuánto puede mejorar la ecuación económica del productor si, en vez de sólo producir el grano y comercializarlo, decide agregarle valor en su propia zona de influencia y así evitar el alto costo del flete hacia el puerto.

El análisis se hizo suponiendo una explotación en campo propio, a 300 kilómetros del puerto, en el centro de Buenos Aires; y se comparó el margen bruto que arroja la producción de maíz sólo como grano, a su transformación en tres posibilidades: silo de maíz para alimentación animal, cosecha del grano para producción de carne bovina; o esto último pero para carne porcina.

El resultado de esta proyección hipotética es que, de un margen bruto de 6.321 pesos por hectárea que dejaría un planteo que sólo piense en cosechar el grano y venderlo, se puede pasar a una rentabilidad de 14.200 pesos (silo), 19.446 pesos (carne bovina) y 25.296 pesos (porcina); es decir, 125 por ciento, 207 por ciento y 300 por ciento más, respectivamente.

"El análisis presentado no cabe duda que es grosero; de todos modos, lo que se quiere resaltar, es que definitivamente el grano de maíz no debería venderse como tal en una zona como la región pampeana, en la cual la agricultura convive con la ganadería. Con muy poco se puede obtener un redito mucho más elevado, a partir de un producto obtenido con los mismos recursos", concluye el informe, cuyo contenido completo se reproduce a continuación.

Ver informe completo: https://es.scribd.com/document/362034061/Maiz-agregado-de-valor-una-practica-altamente-recomendada#fullscreen&from_embed