Marcos Giménez Zapiola brinda algunas ideas y sugerencias sobre el manejo del ganado vacuno. Hoy: no cepos
NO CEPOS
Si se puede, es mejor evitar el cepo. Mejora el flujo y la producción. No se puede esperar que un animal sometido a uno de los peores tratamientos responda bien con su comportamiento y con su producción.
Por ejemplo, inseminar a una hembra encepada es pedirle lo más importante y delicado de su existencia en condiciones muy desagradables. Hay formas de hacerlo sin cepo, no sólo en el tambo.
Una ya fue dicha: sujetar con una casilla de paredes móviles. Como descubrió Temple Grandin, la inmovilización lateral calma a las vacas.
La segunda es la casilla de inseminación, un invento norteamericano que permite hacerlo sin encepar. No hace falta importarla, se la puede copiar de planos disponibles en Internet.
La tercera es el invento del Dr. Livio Dutto (ROU), que encuentro genial. Hay que hacer en la manga una división para tres vacas, con una tranca trasera, y atrás, una puerta lateral para el inseminador. Las hembras están en fila y se insemina a la última. La tranquilidad de apoyarse en las de adelante hace innecesario el cepo.
Para otros trabajos está la misma manga. Si los animales están tranquilos y no hay que descolgarse desde las alturas, se pueden hacer muy bien muchas cosas que en otros países sólo se animan a hacer en el cepo.
MARCOS GIMÉNEZ ZAPIOLA
Licenciado en Sociología de la Universidad Católica Argentina (UCA) y PhD en Filosofía de la Washington University, EE.UU.Especialista en Buenas Prácticas de Manejo de Bovinos y Bienestar Animal, habiendo publicado más de 50 artículos en ese tema. Trabaja con la difusión y capacitación de recursos humanos, realizando presentaciones en países de América Latina, como Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador. Publicó los libros "El buen trato del ganado" y "Empresa familiar de campo". Empresario agropecuario desde 1980, actualmente es consultor agropecuario y columnista de la revista "Margenes Agropecuarios".