Drástica caída en la inscripción para las carreras tradicionales del agro
En el último ciclo se perforó el piso de 200 ingresos en la facultad de Ciencias Agrarias de la UNR. Cuáles son las causas que explican un fenómeno.
El interés por las carreras tradicionales vinculadas a la actividad agropecuaria evidencia una fuerte baja a lo largo de los últimos años. Según números oficiales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), los nuevos ingresos a la Facultad de Ciencias Agrarias se redujeron un 60% entre 2014 y 2019, registrando en ese último período tan solo 176 aspirantes.
Como cualquier fenómeno, la variación no se debe a una sola razón, sino que responde a una multiplicidad de variantes, entre las que se destaca la amplitud del perfil de los profesionales del agro (que hoy no solo se especializan como ingenieros agrónomos, sino también como licenciados en biotecnología o bioquímicos) y dificultades intrínsecas de las carreras tradicionales, en un contexto general de caída de todas las ingenierías.
Si bien el dato aportado por la Dirección de Estadística Universitaria de la UNR se circunscribe a lo que sucede en esa unidad académica, especialistas consultados por Agrofy News coincidieron en señalar que se trata de una tendencia que se repite en todo el país. "Que en la zona más importante del agronegocio, como es Rosario, haya una caída del 60% es sin dudas un llamado de atención", reflexionó Fernando Vilella, ex decano de Agrarias en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de reciente paso por el Consejo de los Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria.
El reporte de la UNR establece que entre 2004 y 2019 los nuevos ingresos a las dos carreras de Agrarias (Ingeniería Agrónoma y Licenciado en Recursos Naturales) pasó de 424 a 176. La caída entre ambos períodos es la más marcada de las 12 facultades de la UNR, que en promedio registraron una merma del 14,75%.
Específicamente en Agrarias, el dato de 2019 logró perforar el piso de los 200 nuevos ingresos, algo que no había sucedido en ninguno de los 15 períodos anteriores.
"Uno por supuesto que está al tanto de esa baja. Muchas veces se la relaciona con ciertos vaivenes que puede tener el agro, pero lo cierto es que no es así. Creo que hay varias cuestiones para analizar", dijo por su parte el actual decano de Agrarias de la UNR Roberto López, quien subrayó que se trata de una carrera "muy costosa, porque la facultad no está en Rosario y muchas veces exige que los estudiantes corran con un gasto muy fuerte de transporte". La facultad se encuentra en Zavalla, a 20 kilómetros de esa localidad.
Para López, la merma en el interés por las carreras tradicionales del campo no puede desentenderse de un contexto de caída general de las ingenierías: "Ha habido un corrimiento hacia las carreras sociales", aseveró. En parte, los números le dan la razón: en Humanidades, por caso, los nuevos ingresos crecieron un 14% en los últimos 15 años.
Fernando Vilella mostró otras razones para explicar el fenómeno: "Hay un tema general de declinación por las carreras más largas. Hoy la renovación de conocimientos es tan rápida que a lo largo de la vida profesional los jóvenes tendrán que reciclarse cuatro o cinco veces, entonces es más recomendable una formación sólida conceptual de base y el resto se va desarrollando a lo largo del tiempo", opinó, para luego decir que a las carreras del agro "les falta renovación".
Un segundo punto señalado por Vilella tiene que ver con el enriquecimiento perfil profesional de las personas que trabajan en el agro. "Hay una pérdida de los conocimientos específicos de base agropecuaria, porque hoy se aplican conceptos de la biotecnología, la ciencia de datos o la bioquímica", aseveró.
A principios de este año, en una entrevista que versaba sobre otros temas, el CEO de Bioceres Federico Trucco manifestó en diálogo con este cronista que "el productor del futuro puede ser un cientista de datos o programador". Tal vez con esa frase de base podrían comenzar a reconfigurarse los perfiles de las carreras tradicionales del agro, de modo de generar mayor atracción entre los jóvenes estudiantes.
Por Juan Chiummiento | Agrofy News
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Como cualquier fenómeno, la variación no se debe a una sola razón, sino que responde a una multiplicidad de variantes, entre las que se destaca la amplitud del perfil de los profesionales del agro (que hoy no solo se especializan como ingenieros agrónomos, sino también como licenciados en biotecnología o bioquímicos) y dificultades intrínsecas de las carreras tradicionales, en un contexto general de caída de todas las ingenierías.
Si bien el dato aportado por la Dirección de Estadística Universitaria de la UNR se circunscribe a lo que sucede en esa unidad académica, especialistas consultados por Agrofy News coincidieron en señalar que se trata de una tendencia que se repite en todo el país. "Que en la zona más importante del agronegocio, como es Rosario, haya una caída del 60% es sin dudas un llamado de atención", reflexionó Fernando Vilella, ex decano de Agrarias en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de reciente paso por el Consejo de los Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria.
El reporte de la UNR establece que entre 2004 y 2019 los nuevos ingresos a las dos carreras de Agrarias (Ingeniería Agrónoma y Licenciado en Recursos Naturales) pasó de 424 a 176. La caída entre ambos períodos es la más marcada de las 12 facultades de la UNR, que en promedio registraron una merma del 14,75%.
Específicamente en Agrarias, el dato de 2019 logró perforar el piso de los 200 nuevos ingresos, algo que no había sucedido en ninguno de los 15 períodos anteriores.
"Uno por supuesto que está al tanto de esa baja. Muchas veces se la relaciona con ciertos vaivenes que puede tener el agro, pero lo cierto es que no es así. Creo que hay varias cuestiones para analizar", dijo por su parte el actual decano de Agrarias de la UNR Roberto López, quien subrayó que se trata de una carrera "muy costosa, porque la facultad no está en Rosario y muchas veces exige que los estudiantes corran con un gasto muy fuerte de transporte". La facultad se encuentra en Zavalla, a 20 kilómetros de esa localidad.
Para López, la merma en el interés por las carreras tradicionales del campo no puede desentenderse de un contexto de caída general de las ingenierías: "Ha habido un corrimiento hacia las carreras sociales", aseveró. En parte, los números le dan la razón: en Humanidades, por caso, los nuevos ingresos crecieron un 14% en los últimos 15 años.
Fernando Vilella mostró otras razones para explicar el fenómeno: "Hay un tema general de declinación por las carreras más largas. Hoy la renovación de conocimientos es tan rápida que a lo largo de la vida profesional los jóvenes tendrán que reciclarse cuatro o cinco veces, entonces es más recomendable una formación sólida conceptual de base y el resto se va desarrollando a lo largo del tiempo", opinó, para luego decir que a las carreras del agro "les falta renovación".
Un segundo punto señalado por Vilella tiene que ver con el enriquecimiento perfil profesional de las personas que trabajan en el agro. "Hay una pérdida de los conocimientos específicos de base agropecuaria, porque hoy se aplican conceptos de la biotecnología, la ciencia de datos o la bioquímica", aseveró.
A principios de este año, en una entrevista que versaba sobre otros temas, el CEO de Bioceres Federico Trucco manifestó en diálogo con este cronista que "el productor del futuro puede ser un cientista de datos o programador". Tal vez con esa frase de base podrían comenzar a reconfigurarse los perfiles de las carreras tradicionales del agro, de modo de generar mayor atracción entre los jóvenes estudiantes.
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