Mujeres rurales separadas por los kilómetros, hermanadas por el arraigo
Ciclo de entrevistas de Luciana Pedernera sobre la vida y el rol de la mujer en el campo de nuestra región. Hoy: Agustina Esquiros
Luciana Perdernera (ZonaCampo)
A 70 kilómetros de Olavarría, aproximadamente 25 kilómetros de Santa Catalina, en la localidad de Espigas, todos los días entre las ocho y las nueve de la mañana Agustina Esquiros, desayuna café con leche con azúcar mascabo, dos tostadas con queso y miel y luego una mañana bastante tranquila algunos días, otros no tanto, acompañada por mates siempre.
Hoy Agustina es una docente jubilada que colabora con la educación de los jóvenes del pueblo, lucha por el restablecimiento del centro cultural, trabaja impulsando cursos para la gente, colabora con el centro de jubilados para que le devuelvan el derecho de cobrar sus haberes en su pueblo, forma parte de la cooperadora de la escuela de su hijo, lucha cada año para que las mujeres y hombres tengan en su lugar talleres y capacitaciones, participa de una organización vecinal que es "Espigas en Acción", fundada por el Centro Educativo para la Producción Total N° 8, para que la comunidad tenga un espacio de participación y pueda volcar sus intereses y necesidades y la cual organiza anualmente la Fiesta del Pueblo.
Una morocha con actitud, risa contagiosa, de estatura media, no debe superar el metro sesenta, sus gestos le sientan a la perfección y más aún sus caras que acompañan todas sus expresiones. Con solo escucharla hablar unos minutos es posible entender que ama lo que hace, lo disfruta y que por cada lugar que paso algo aprendió y algo dejó. Enamorada de su pueblo y por sobre todo de su CEPT.
Agustina, se recibió a los 21 años de profesora en Ciencias Naturales en el I.S.F.D N° 10 de Tandil y luego mientras trabajaba hizo la Diplomatura en Ciencias Sociales en FLACSO. Se casó con Pablo, su esposo y compañero de trabajo de casi toda la vida, en ese momento se mudaron a Olavarría.
En sus inicios trabajó como profesora en diferentes escuelas, hasta que en 1991 unas inspectoras le comentan a ella y a su esposo, que en Espigas estaban aventurandose en un proyecto llamado CEPT, Centro Educativo para la Producción Total, los invitaron a conocer el pueblo y a informarse en qué consistía este sistema de alternancia.
- Es Sistema de Alternancia es una propuesta atrapante, que enamora, es un Proyecto pensado para el ámbito rural, para pequeños productores y trabajadores rurales, permite el arraigo de la familia y que los jóvenes puedan permanecer junto a sus padres, en su lugar y ayudar a la familia con las diversas actividades del campo. Los CEPT promueven el desarrollo local en cada zona o comunidad donde funcionan, fomentan la participación de la gente, la autogestión y cogestión con el Estado, creando espacios de participación ciudadana, reflexión y capacitación.
Y llegaron para quedarse, así lo hicieron, lo conocieron, la gente los entusiasmó con su lucha, la lucha de todo el pueblo por tener una escuela secundaria rural, sintieron propio este proyecto y con ello llegó la mudanza.
- Nos vinimos a Espigas con nuestros dos hijos mayores de 5 y 2 años, con solo unas valijas y una moto vieja, la comunidad se movilizó para encontrarnos donde vivir, nos cobijó ese primer año que fue muy duro, no cobrábamos, llovió todo el invierno, las visitas a los alumnos eran eternas, las hacíamos con motito, en una camioneta vieja del esposo de la Directora , en un Citroën de un compañero que se rompía a cada rato, a veces a caballo, en otras oportunidades las familias hacían cadena entre ellos y nos trasladaban a cada campo, la idea era llegar a todos lados, contra viento y marea.
Empezar de cero, como lo hizo Dolores con Emiliano y tiempo después su hija, sabiendo que la vida en el entorno rural no es fácil. Que un día te levantas y todo cambia, como lo dice la negra Mercedes Sosa en su canción: - "cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo"-.
Entre tanta admiración a estas mujeres rurales, que representan a tantas otras a muchos kilómetros de distancia o quizá muy cerquita de ellas, le preguntó: ¿Cuál es el rol de la mujer rural?
- El llegar a cada hogar, visitar escuelitas rurales, recorrer pequeños pueblos me ha permitido ver, conocer y admirar a la mujer del ámbito rural, una mujer con gran fortaleza, luchadora, que no solo cuida a sus hijos, sino que se encarga de que lleguen a la escuela, colabora con las tareas rurales, sostiene pequeños emprendimientos familiares, se capacita en forma permanente, tiene un rol protagónico en diversas organizaciones sociales de las comunidades, como cooperadoras y grupos diversos. La mujer que hoy está y sigue en el campo o en el medio rural, lo hace porque ama el campo y la vida en este medio a pesar de la soledad, las distancias, el tiempo o el estado de los caminos que a veces te alejan de las comodidades o de la familia. Mucho he aprendido de ellas, y ese ejemplo constante de no bajar los brazos es el que me ha impulsado a luchar.
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
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Hoy Agustina es una docente jubilada que colabora con la educación de los jóvenes del pueblo, lucha por el restablecimiento del centro cultural, trabaja impulsando cursos para la gente, colabora con el centro de jubilados para que le devuelvan el derecho de cobrar sus haberes en su pueblo, forma parte de la cooperadora de la escuela de su hijo, lucha cada año para que las mujeres y hombres tengan en su lugar talleres y capacitaciones, participa de una organización vecinal que es "Espigas en Acción", fundada por el Centro Educativo para la Producción Total N° 8, para que la comunidad tenga un espacio de participación y pueda volcar sus intereses y necesidades y la cual organiza anualmente la Fiesta del Pueblo.
Una morocha con actitud, risa contagiosa, de estatura media, no debe superar el metro sesenta, sus gestos le sientan a la perfección y más aún sus caras que acompañan todas sus expresiones. Con solo escucharla hablar unos minutos es posible entender que ama lo que hace, lo disfruta y que por cada lugar que paso algo aprendió y algo dejó. Enamorada de su pueblo y por sobre todo de su CEPT.
Agustina, se recibió a los 21 años de profesora en Ciencias Naturales en el I.S.F.D N° 10 de Tandil y luego mientras trabajaba hizo la Diplomatura en Ciencias Sociales en FLACSO. Se casó con Pablo, su esposo y compañero de trabajo de casi toda la vida, en ese momento se mudaron a Olavarría.
En sus inicios trabajó como profesora en diferentes escuelas, hasta que en 1991 unas inspectoras le comentan a ella y a su esposo, que en Espigas estaban aventurandose en un proyecto llamado CEPT, Centro Educativo para la Producción Total, los invitaron a conocer el pueblo y a informarse en qué consistía este sistema de alternancia.
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Y llegaron para quedarse, así lo hicieron, lo conocieron, la gente los entusiasmó con su lucha, la lucha de todo el pueblo por tener una escuela secundaria rural, sintieron propio este proyecto y con ello llegó la mudanza.
- Nos vinimos a Espigas con nuestros dos hijos mayores de 5 y 2 años, con solo unas valijas y una moto vieja, la comunidad se movilizó para encontrarnos donde vivir, nos cobijó ese primer año que fue muy duro, no cobrábamos, llovió todo el invierno, las visitas a los alumnos eran eternas, las hacíamos con motito, en una camioneta vieja del esposo de la Directora , en un Citroën de un compañero que se rompía a cada rato, a veces a caballo, en otras oportunidades las familias hacían cadena entre ellos y nos trasladaban a cada campo, la idea era llegar a todos lados, contra viento y marea.
Empezar de cero, como lo hizo Dolores con Emiliano y tiempo después su hija, sabiendo que la vida en el entorno rural no es fácil. Que un día te levantas y todo cambia, como lo dice la negra Mercedes Sosa en su canción: - "cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo"-.
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