Pautas del INTA para evitar incendios en máquinas cosechadoras
En las últimas semanas los Grupos de WhatsApp ZonaCampo se hicieron eco de de esta problemática que tuvo un fuerte incremento en la última década
Desde el INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata destacaron la existencia de tres factores que posibilitan los incendios: el sistema productivo en siembra directa, las altas temperaturas y la tendencia hacia el sistema de trilla axial.
La principal causa de estos episodios es la acumulación de borba, material combustible, sobre elementos del motor. La borba es la mezcla de polvo y granza que al superar los 110 °C aproximadamente, se convierte en inflamable. En este sentido se estima que en el 75% de los casos el fuego comienza en la planta impulsora de la cosechadora.
Recomendaciones para reducir las probabilidades de incendios:
- Evitar el desarrollo de la cosecha con temperaturas mayores a 30°C, vientos mayores a 35 km/h y con una humedad relativa menor al 30%.
- Limpiar al menos tres veces por día las zonas críticas que generan acumulación de granza (motor, tomas de aires, piezas con fricción).
- Incorporar en la cosechadora extinguidores clase A, ABC.
- Tener herramientas de labranzas para realizar cortafuegos.
- Controlar que no haya pérdidas de aceite o gasoil del motor.
- Alejar el motor y el turbo de montículos de paja y granza.
- Por su parte, el ingeniero Santiago Tourn, especialista de la Unidad Integrada del INTA Balcarce, comentó: "En el caso de un principio de incendio en la cosechadora no se debe continuar trabajando. Resulta esencial detener la cosecha y realizar una limpieza exhaustiva de la maquinaria".
En este sentido resaltó que si no hay una limpieza exhaustiva, a pesar de que la condiciones climáticas sean óptimas el incendio se puede provocar igual.
Origen:
Los incendios en las maquinarias datan del Siglo XX, pero en estas última década se vio un fuerte incremento. Una de las causas del aumento de estos casos es el uso de las cosechadoras axiales.
Además ese riesgo aumentó por la gran eficiencia de la picadora de paja y desparramadoras de granza, mayor frecuencia de uso. El diseño de las máquinas actuales ubican el motor, radiadores y ventiladores en el sector trasero; y también lograron una mayor capacidad de trabajo que permitió alargar las jornadas.
Qué pasa cuando ese fuego llega al rastrojo:
Durante la cosecha del cultivo se pueden desprender chispas que no solo provoquen el incendio de la maquinaria, sino que afecten el rastrojo o el cultivo seco.
En este sentido cuando la superficie implantada es alcanzada por las llamas produce un importante deterioro en el suelo. Desde el INTA destacan que la primera consecuencia es la pérdida de materia orgánica, que es responsable de la estructura de la tierra. Además los grandes poros se ven destruidos, disminuyendo el movimiento del agua y la aireación del suelo.
Por su parte el fuego genera la pérdida de agua en los primeros 20 centímetros y las cenizas tapan los poros que provocan escorrentía superficial en las primeras lluvias.
Estas consecuencias se ven reflejadas en el rendimiento que según evaluaciones del INTA, durante años posteriores el rinde se redujo un 40 por ciento.
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
El ingeniero agrónomo Ricardo Silvestro, de la firma Rindes y Cultivos DAS, analiza la campaña de trigo y cebada. Explica cómo los vaivenes de clima afectaron a los cultivos y la importancia de las aplicaciones preventivas para controlar enfermedades
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La principal causa de estos episodios es la acumulación de borba, material combustible, sobre elementos del motor. La borba es la mezcla de polvo y granza que al superar los 110 °C aproximadamente, se convierte en inflamable. En este sentido se estima que en el 75% de los casos el fuego comienza en la planta impulsora de la cosechadora.
Recomendaciones para reducir las probabilidades de incendios:
- Evitar el desarrollo de la cosecha con temperaturas mayores a 30°C, vientos mayores a 35 km/h y con una humedad relativa menor al 30%.
- Limpiar al menos tres veces por día las zonas críticas que generan acumulación de granza (motor, tomas de aires, piezas con fricción).
- Incorporar en la cosechadora extinguidores clase A, ABC.
- Tener herramientas de labranzas para realizar cortafuegos.
- Controlar que no haya pérdidas de aceite o gasoil del motor.
- Alejar el motor y el turbo de montículos de paja y granza.
- Por su parte, el ingeniero Santiago Tourn, especialista de la Unidad Integrada del INTA Balcarce, comentó: "En el caso de un principio de incendio en la cosechadora no se debe continuar trabajando. Resulta esencial detener la cosecha y realizar una limpieza exhaustiva de la maquinaria".
En este sentido resaltó que si no hay una limpieza exhaustiva, a pesar de que la condiciones climáticas sean óptimas el incendio se puede provocar igual.
Origen:
Los incendios en las maquinarias datan del Siglo XX, pero en estas última década se vio un fuerte incremento. Una de las causas del aumento de estos casos es el uso de las cosechadoras axiales.
Además ese riesgo aumentó por la gran eficiencia de la picadora de paja y desparramadoras de granza, mayor frecuencia de uso. El diseño de las máquinas actuales ubican el motor, radiadores y ventiladores en el sector trasero; y también lograron una mayor capacidad de trabajo que permitió alargar las jornadas.
Qué pasa cuando ese fuego llega al rastrojo:
Durante la cosecha del cultivo se pueden desprender chispas que no solo provoquen el incendio de la maquinaria, sino que afecten el rastrojo o el cultivo seco.
En este sentido cuando la superficie implantada es alcanzada por las llamas produce un importante deterioro en el suelo. Desde el INTA destacan que la primera consecuencia es la pérdida de materia orgánica, que es responsable de la estructura de la tierra. Además los grandes poros se ven destruidos, disminuyendo el movimiento del agua y la aireación del suelo.
Por su parte el fuego genera la pérdida de agua en los primeros 20 centímetros y las cenizas tapan los poros que provocan escorrentía superficial en las primeras lluvias.
Estas consecuencias se ven reflejadas en el rendimiento que según evaluaciones del INTA, durante años posteriores el rinde se redujo un 40 por ciento.
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
El ingeniero agrónomo Ricardo Silvestro, de la firma Rindes y Cultivos DAS, analiza la campaña de trigo y cebada. Explica cómo los vaivenes de clima afectaron a los cultivos y la importancia de las aplicaciones preventivas para controlar enfermedades