¿Cúal es el mejor intervalo entre partos en bovinos?
El intervalo entre partos es un indicador de suma utilidad para calcular el ingreso bruto esperado en cualquier planteo reproductivo animal
El intervalo entre partos de las vacas es el periodo transcurrido entre un parto y el siguiente parto, es decir son los días trascurridos entre dos partos de la vaca. Esta constituido por la sumatoria de los días abiertos mas los días de duración de la gestación que en los bovinos podríamos considerar 285 días.
Como quiera que la duración de la gestación de la vaca sea fija, la variable que podríamos modificar con buena alimentación, sanidad y manejo son los días abiertos.
La única forma de que una vaca para una cría cada 365 días, es que luego del parto quede preñada máximo a los 80 días. Los días abiertos tienen un alto costo y a medida que estos aumentan, el costo es mayor.
El IEP se puede expresar en días o meses, y para comparar sistemas productivos entre ellos o entre años. Puede ser mirado retrospectivamente o prospectivamente.
Cuando lo observamos retrospectivamente (para atrás) estaríamos analizando el IEP de las vacas existentes, y estaríamos considerando el parto anterior de las mismas en relación al parto actual o último parto, este indicador tiene en cuenta al 100% de las vacas paridas, y todas ellas son de al menos segundo parto.
Si lo observamos prospectivamente estamos considerando el intervalo en días desde el parto actual, hasta el próximo parto posible, y aquí aparecen variantes:
- IEP Sobre vacas preñadas,
- IEP sobre vacas preñadas, más inseminadas
- IEP sobre vacas preñadas, más inseminadas, más aún vacías.
Si consideramos el primer caso se tendrán en cuenta sólo las vacas que se han diagnosticado preñadas, este IEP es comparable al obtenido retrospectivamente, ya que considera al 100% de los animales que han de parir, y si bien no todas las vacas diagnosticadas preñadas van a parir (perdidas de preñez y abortos) en el análisis retrospectivo los abortos normalmente no son tenidos en cuenta como IEP de la vaca.
El inconveniente de este indicador es que normalmente participa una fracción relativamente chica de todo el rodeo, dado que la confirmación de la preñez lleva un plazo de tiempo importante.
En el segundo caso la cantidad de vacas tenidas en cuenta es mayor y aparenta ser más significativo por tener más representatividad de animales del rodeo total.
Sin embargo este indicador incluye una sobre estimación; que es considerar que la tasa de concepción de las últimas vacas inseminadas, no diagnosticadas aún, es del 100%. Por lo tanto es común observar que el IEP calculado de esta manera es menor al finalmente obtenido.
La tercera opción intenta evaluar a todas las vacas no preñadas del establecimiento, y si la segunda opción incluía una tasa de concepción del
100%, esta además incluye el hecho que todas las vacas vacías se van a preñar en el marco de los días de espera voluntaria deseados.
Sin dudas cada persona está acostumbrada a ver los resultados de una determinada manera, y le da el significado particular que la experiencia le indica, desde el punto de vista objetivo, y para la comparación creo conveniente que se tenga en cuenta que dos indicadores equivalentes desde un punto de vista retrospectivo, y prospectivo serían, el IEP de las vacas diagnosticadas preñadas.
El IEP se puede calcular simplemente ordenando el parto actual y el parto anterior del conjunto de vacas a analizar. La diferencia entre ambos expresada en días o meses es el IEP de cada uno de los animales. Si deseamos comparar el promedio obtenido un año, frente a otro año, o entre un establecimiento y otro establecimiento simplemente podemos estimar el promedio de cada período o establecimiento y compararlos entre sí.
Cuando el objetivo es calcular el IEP futuro, se ordena cada uno de los animales con su respectivo parto, y en base a la inseminación y el test de preñez, confirmando la preñez, podemos estimar el parto futuro considerando que la duración de la gestación es de 283 días +/-10. La diferencia entre el parto estimado a futuro y el último parto del animal calculamos el IEP.
Los métodos enunciados nos indican con absoluta precisión el IEP de un rodeo. Debemos considerar que esta cantidad de días depende de la efectividad del manejo reproductivo en cada año, o en los diferentes establecimientos.
El intervalo entre parto (IEP) es en tambos, y en cualquier planteo reproductivo animal, un indicador de suma utilidad para calcular el ingreso bruto esperado por cada animal involucrado, o por unidad de superficie comprometida en la explotación.
Es un indicador extremadamente preciso del resultado de las actividades realizadas para lograr la performance reproductiva deseada, aunque involucra en sí mismo diferentes tasas, y por ser un indicador compuesto, exige determinar en definitiva cual es el motivo del resultado obtenido, para poner manos a la obra y mejorar el resultado a futuro.
Diversos estudios han demostrado el impacto que tiene el rendimiento reproductivo sobre la producción y rentabilidad económica de las vacas lecheras. Se ha dicho repetidamente que los problemas reproductivos dan por resultados de lactancias largas y períodos secos más largos.
En un estudio basado en 66.015 vacas de primer parto se encontraron ambas situaciones. En ese estudio, el intervalo entre partos aumentó los días leche y los días secos proporcionalmente.
Los datos indicaron que, independientemente del intervalo entre partos, las vacas están en leche el 85% de la duración del intervalo.
La diferencia en la duración del intervalo entre partos afecta el número de becerros nacidos y la cantidad de leche producida por vaca.
Asumiendo que un período seco de 60 días, con un intervalo entre parto de 15 meses tendría un porcentaje más alto de vacas en producción (86.7%) que un intervalo de 12 meses (83.3%) se podría llegar a la conclusión que son mejores los intervalos más largos entre parto del bovino.
Sin embargo, 20% de las vacas con intervalo de 12 meses estarán en los primeros dos meses de lactancia, mientras que con un intervalo de 15 meses sólo habrá 15.4 % de vacas en esos dos primeros meses de producción. Esto significaría que, al mejorar la duración del intervalo entre partos bajando de 15 a 12 meses, la lactancia de los últimos meses es sustituida por lactancia de primeros meses, cuando la producción es más elevada.
Otro factor es él número de becerros nacidos. Con un intervalo entre partos de 12 meses, hay 25% más becerras que con un intervalo de 15 meses.
Esto es importante en términos del número de hembras que se dispondrían para reemplazo y el número de machos disponibles para venta o engorde. Cuando se consideran los reemplazos, efecto de los desechos y venta de animales sobrantes, el acortamiento de los intervalos entre partos tiene sus ventajas.
La producción aumenta con los días adicionales en leche, sin embargo, es conveniente analizar el ciclo de producción en base a 365 días, en donde el porcentaje de producción alcanza su máximo intervalo entre partos de 375 (12.3 meses) a 395 días (13 meses). La producción anual de leche disminuye con intervalos entre partos mayores a 13 meses.
En la mayoría de las comparaciones económicas, los intervalos entre partos están basados en los registros.
Los investigadores sugieren que ese tipo de evaluaciones tienden a favorecer los intervalos entre partos más largos, en donde tanto las vacas altas productoras son tratadas de la misma manera, a pesar de que pueden haber grandes diferencias económicas.
La mayoría de los productores eliminan a las vacas bajas productoras de primera lactancia después de 100 días en leche y dejan de inseminar a las vacas que no estén cargadas. Este sistema les da a las vaquillas altas productoras de primer parto mayores probabilidades de quedar cargadas. Como resultado de este tipo de desecho voluntario, las vacas con más días abiertos e intervalos entre partos más largos, probablemente tendrán mayor potencial genético.
FUENTE: www.zoovetesmipasion.com
FOTO: INTA
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Como quiera que la duración de la gestación de la vaca sea fija, la variable que podríamos modificar con buena alimentación, sanidad y manejo son los días abiertos.
La única forma de que una vaca para una cría cada 365 días, es que luego del parto quede preñada máximo a los 80 días. Los días abiertos tienen un alto costo y a medida que estos aumentan, el costo es mayor.
El IEP se puede expresar en días o meses, y para comparar sistemas productivos entre ellos o entre años. Puede ser mirado retrospectivamente o prospectivamente.
Cuando lo observamos retrospectivamente (para atrás) estaríamos analizando el IEP de las vacas existentes, y estaríamos considerando el parto anterior de las mismas en relación al parto actual o último parto, este indicador tiene en cuenta al 100% de las vacas paridas, y todas ellas son de al menos segundo parto.
Si lo observamos prospectivamente estamos considerando el intervalo en días desde el parto actual, hasta el próximo parto posible, y aquí aparecen variantes:
- IEP Sobre vacas preñadas,
- IEP sobre vacas preñadas, más inseminadas
- IEP sobre vacas preñadas, más inseminadas, más aún vacías.
Si consideramos el primer caso se tendrán en cuenta sólo las vacas que se han diagnosticado preñadas, este IEP es comparable al obtenido retrospectivamente, ya que considera al 100% de los animales que han de parir, y si bien no todas las vacas diagnosticadas preñadas van a parir (perdidas de preñez y abortos) en el análisis retrospectivo los abortos normalmente no son tenidos en cuenta como IEP de la vaca.
El inconveniente de este indicador es que normalmente participa una fracción relativamente chica de todo el rodeo, dado que la confirmación de la preñez lleva un plazo de tiempo importante.
En el segundo caso la cantidad de vacas tenidas en cuenta es mayor y aparenta ser más significativo por tener más representatividad de animales del rodeo total.
Sin embargo este indicador incluye una sobre estimación; que es considerar que la tasa de concepción de las últimas vacas inseminadas, no diagnosticadas aún, es del 100%. Por lo tanto es común observar que el IEP calculado de esta manera es menor al finalmente obtenido.
La tercera opción intenta evaluar a todas las vacas no preñadas del establecimiento, y si la segunda opción incluía una tasa de concepción del
100%, esta además incluye el hecho que todas las vacas vacías se van a preñar en el marco de los días de espera voluntaria deseados.
Sin dudas cada persona está acostumbrada a ver los resultados de una determinada manera, y le da el significado particular que la experiencia le indica, desde el punto de vista objetivo, y para la comparación creo conveniente que se tenga en cuenta que dos indicadores equivalentes desde un punto de vista retrospectivo, y prospectivo serían, el IEP de las vacas diagnosticadas preñadas.
El IEP se puede calcular simplemente ordenando el parto actual y el parto anterior del conjunto de vacas a analizar. La diferencia entre ambos expresada en días o meses es el IEP de cada uno de los animales. Si deseamos comparar el promedio obtenido un año, frente a otro año, o entre un establecimiento y otro establecimiento simplemente podemos estimar el promedio de cada período o establecimiento y compararlos entre sí.
Cuando el objetivo es calcular el IEP futuro, se ordena cada uno de los animales con su respectivo parto, y en base a la inseminación y el test de preñez, confirmando la preñez, podemos estimar el parto futuro considerando que la duración de la gestación es de 283 días +/-10. La diferencia entre el parto estimado a futuro y el último parto del animal calculamos el IEP.
Los métodos enunciados nos indican con absoluta precisión el IEP de un rodeo. Debemos considerar que esta cantidad de días depende de la efectividad del manejo reproductivo en cada año, o en los diferentes establecimientos.
El intervalo entre parto (IEP) es en tambos, y en cualquier planteo reproductivo animal, un indicador de suma utilidad para calcular el ingreso bruto esperado por cada animal involucrado, o por unidad de superficie comprometida en la explotación.
Es un indicador extremadamente preciso del resultado de las actividades realizadas para lograr la performance reproductiva deseada, aunque involucra en sí mismo diferentes tasas, y por ser un indicador compuesto, exige determinar en definitiva cual es el motivo del resultado obtenido, para poner manos a la obra y mejorar el resultado a futuro.
Diversos estudios han demostrado el impacto que tiene el rendimiento reproductivo sobre la producción y rentabilidad económica de las vacas lecheras. Se ha dicho repetidamente que los problemas reproductivos dan por resultados de lactancias largas y períodos secos más largos.
En un estudio basado en 66.015 vacas de primer parto se encontraron ambas situaciones. En ese estudio, el intervalo entre partos aumentó los días leche y los días secos proporcionalmente.
Los datos indicaron que, independientemente del intervalo entre partos, las vacas están en leche el 85% de la duración del intervalo.
La diferencia en la duración del intervalo entre partos afecta el número de becerros nacidos y la cantidad de leche producida por vaca.
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Sin embargo, 20% de las vacas con intervalo de 12 meses estarán en los primeros dos meses de lactancia, mientras que con un intervalo de 15 meses sólo habrá 15.4 % de vacas en esos dos primeros meses de producción. Esto significaría que, al mejorar la duración del intervalo entre partos bajando de 15 a 12 meses, la lactancia de los últimos meses es sustituida por lactancia de primeros meses, cuando la producción es más elevada.
Otro factor es él número de becerros nacidos. Con un intervalo entre partos de 12 meses, hay 25% más becerras que con un intervalo de 15 meses.
Esto es importante en términos del número de hembras que se dispondrían para reemplazo y el número de machos disponibles para venta o engorde. Cuando se consideran los reemplazos, efecto de los desechos y venta de animales sobrantes, el acortamiento de los intervalos entre partos tiene sus ventajas.
La producción aumenta con los días adicionales en leche, sin embargo, es conveniente analizar el ciclo de producción en base a 365 días, en donde el porcentaje de producción alcanza su máximo intervalo entre partos de 375 (12.3 meses) a 395 días (13 meses). La producción anual de leche disminuye con intervalos entre partos mayores a 13 meses.
En la mayoría de las comparaciones económicas, los intervalos entre partos están basados en los registros.
Los investigadores sugieren que ese tipo de evaluaciones tienden a favorecer los intervalos entre partos más largos, en donde tanto las vacas altas productoras son tratadas de la misma manera, a pesar de que pueden haber grandes diferencias económicas.
La mayoría de los productores eliminan a las vacas bajas productoras de primera lactancia después de 100 días en leche y dejan de inseminar a las vacas que no estén cargadas. Este sistema les da a las vaquillas altas productoras de primer parto mayores probabilidades de quedar cargadas. Como resultado de este tipo de desecho voluntario, las vacas con más días abiertos e intervalos entre partos más largos, probablemente tendrán mayor potencial genético.
FUENTE: www.zoovetesmipasion.com
FOTO: INTA
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