A pesar de los trágicos efectos de la sequía sobre los cultivos, puede que el volumen y peso de los granos compensen en algo las pérdidas  

Miguel Viñuales (ZonaCampo) 

Hablar de los problemas ocasionados por la sequía a esta altura del año no solo tiene algo de "noticia de ayer", sino también un gustito a "llorar sobre la leche derramada". Poco se puede intentar que no se haya hecho ya, y las aunque lluvias están volviendo el daño ocasionado es irreversible… aunque no necesariamente irremontable.  

"El año fue muy complicado, la cantidad de agua que cayó en los meses que más lo necesitan los cultivos de invierno fue muy escasa, esta falta entre la siembra y el macollaje ocasionó que la biomasa ganada por los sembrados fuera menor a la de cualquier otro año, y menor a lo que necesitábamos", aseguró a ZonaCampo el ingeniero agrónomo Jorge Rosselli Scilla, de la planta local de acopio de Asociación de Cooperativas Argentinas.

"Hoy nos encontramos con trigos de baja estatura, muy chicos, y con espigazón adelantada por este mismo tema. Lo normal que podríamos inferir es que se va tener un menor rendimiento porque no tenemos esa biomasa que necesitaremos de encañazón en adelante", agregó.

Sin embargo, el panorama actual no es tan desalentador, ya que este desarrollo anormal puede llegar a rendir ciertos frutos en cuanto a volumen y peso de grano. Para los que lo vemos de afuera, cualquier recorrida a campo nos muestra trigos y cebadas muy bajos con unas espigas y granos que impresionan. Para el que conoce de adentro estos procesos, como es el caso de Rosselli, se abre una esperanza para la fina.

"Lo que vemos a campo es que, dada la cantidad de grano y el peso individual de los mismos, podemos tener una revancha en este sentido, mayor volumen y peso. Dependiendo de esto y haciendo un análisis muy por encima, porque todavía falta mucho tiempo y las variables son muchas también, podríamos estar hablando de una pérdida de entre un 20 o 25 por ciento en los lugares más castigados", remarcó.

De los dos principales cultivos de fina, la según el agrónomo de ACA cebada fue la más afectada, mencionando además que estas estimaciones son groseras porque es probable que varíen los resultados de cada zona debido a la disparidad en el régimen pluvial. Faltó agua en general, pero algunas zonas alcanzaron regímenes superiores.

En cuanto al comportamiento de los mercados, el responsable de la planta local Diego Bertholet expresó que el precio de trigo y cebada ha venido subiendo, fundamentalmente por la escasez de agua y las perspectivas de bajos rindes, y algo similar a pasado con maíz y soja. Según el acopiador todos los granos han experimentado subas, tanto por la situación interna como por las circunstancias externas, ya que las pulseadas comerciales entre China y EEUU impactan en el mercado ocasionando que en algunas semanas los precios caigan para luego subir y superar valores anteriores.

"Hoy el trigo a base Bahía Blanca ronda los u$s 180, y una cebada cervecera los u$s 170/175. La soja también tuvo una leve suba en valores de dólares para los futuros, si bien en el disponible se ha mantenido dentro de un lineamiento de suba pero muy estable, muy de a poco. Por suerte, en líneas generales los precios en valor dólar están subiendo, y hay mucha expectativa respecto de las medidas que pueda llegar a tomar el nuevo gobierno, por lo cual la gente va con el día a día, una cuestión de mercado vendiendo lo que precisa y viendo qué es lo que va a pasar", indicó.

"A modo de ejemplo, hoy tenés una soja mayo en u$s 245/250, un trigo diciembre-enero en u$s 180, el maíz mayo está en u$s 145 y junio-julio u$s 140. También un girasol en u$s 230 para la posición marzo. Eso es lo que se tiene hoy en cuanto a posiciones futuro", enfatizó Bertholet.

Según Jorge Rosselli, sanitariamente las cebadas están bien, pues la mayoría ya fueron tratadas. Los trigos fueron los más complicados, por lo general se llevaron la aplicación. "La cebadas están lindas, por eso por ahí tenemos alguna revancha en el período de llenado si contamos con algo de humedad y temperaturas frescas que permitan alargar el proceso y colectar la mayor cantidad de asimilados posible para la espiga", apuntó.

Finalmente, en relación a la gruesa, el agrónomo expresó que se viene sembrando desde la segunda quincena de septiembre, empezando la campaña con los primeros lotes de maíz. La cuestión coyuntural -climática y política- ha llevado a que algunos productores hayan pasado directamente a soja. Sin embargo, Rosselli considera como probable que el maíz siga creciendo mientras que el girasol continúe perdiendo superficie, aunque la gran ganadora seguirá siendo la soja que ya está sembrada, o bien continúa sembrándose a buen ritmo.