Conversamos con Paulo Recavarren de INTA Olavarría sobre este tema tan importante, cada vez más presente en la opinión pública y que abre mayores responsabilidades a la hora de producir.  Se viene VIVO por Instagram el miércoles próximo.

Todas las actividades humanas, productivas o no, tienen impacto en el medio ambiente. Esto no implica algo necesariamente negativo, ya que el concepto se refiere a cómo esta actividad modifica las condiciones naturales o previas del entorno, lo que a veces puede ser para bien, pero en muchos casos es lo contrario.

El tema está cada vez más instalado en la conciencia de los productores agropecuarios, y especialmente tras los efectos inesperados observados durante la pandemia, por lo cual invitamos al extensionista Paulo Recavarren de INTA Olavarría para que nos explique el tema en palabras bien claras.

El encuentro fue tan enriquecedor que acordamos con Paulo retomarlo el miércoles 4 a las 20.30, en VIVO por Instagram, para reforzar lo conversado (que compartimos hoy) y además dar la posibilidad a la gente de hacer preguntas en el momento.

ZonaCampo: Paulo, con la premisa de que entendamos todos, contanos qué es el impacto ambiental y en qué medida esto se aplica a la ganadería.

Paulo Recavarren: Podemos decir qué el impacto ambiental de una actividad el la forma en que ésta altera, para bien o para mal, las condiciones del lugar. En el caso de la ganadería, si consideramos el aspecto negativo, es una actividad de emisión importante de gases de efecto invernadero, fundamentalmente metano, el producto de la fermentación del rumen que elimina gases a través de la eructación por ejemplo. Ese es el más importante, y también hay emisión de óxido nitroso a través de orina, bosta o uso de fertilizantes. El tercero, también importante, es el dióxido de carbono a través del consumo de combustibles y energías. 

ZonaCampo: ¿Qué pasó con la pandemia? ¿Es cierto eso de que las vacas enfrían el planeta?

Paulo Recavarren: Con el tema de la pandemia, las imágenes satelitales han mostrado que la densidad del dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero bajaron, a pesar de que la ganadería siguió existiendo y funcionando. Se estima que la emisión de la ganadería representa el 15% de la emisión global. Las actividades que disminuyeron, las industriales, la generación de energía, el transporte, generaron una disminución de las emisiones. No obstante, es importante remarcar que a nivel país se firman acuerdos y compromisos de disminución, o al menos de no incremento de emisiones en general de todas las actividades, y una de las preocupaciones que tenemos es qué va a hacer el sector agropecuario en relación a esto, y en particular, la ganadería. Por eso es importante tomar conciencia.

ZonaCampo: Paulo, una última pregunta como para presentar el tema antes del vivo por Instagram de la semana que viene… Venimos hablando de emisiones, pero hay otros conceptos que también sería bueno aclarar porque muestran otras facetas del tema, necesarias. ¿Qué diferencia hay entre emisiones, balance y huella de carbono? 

Paulo Recavarren: La huella de carbono es un indicador ambiental que marca la cantidad de gases de efecto invernadero que emite un determinado sistema productivo, un individuo o una actividad. En nuestro caso, la ganadería. El balance es la diferencia entre la emisión y la captura de carbono, esto último tiene lugar a través de las plantas y pasturas, el suelo, el océano. En nuestro caso, el suelo y las plantas son los principales, lo cual genera el problema que a veces en las estimaciones de balance estos factores no son tenidos en cuenta.

ZonaCampo: O sea que nos aplican estimaciones en base a lo que se calcula emitimos, pero no se tienen en cuenta en el cálculo lo que potencialmente capturamos. Una situación complicada. Paulo, gracias ¿algo más de cara al miércoles?

Paulo Recavarren: El tema está planteado, el desafío es que vamos a tener que seguir produciendo cada vez más alimentos pero también necesitamos una mirada más atenta a la sociedad y el entorno, porque lo que hacemos bien o mal repercute en todos los ámbitos. La pregunta es, ¿se puede producir más cantidad contaminando menos? Y la respuesta es que si, se puede hacer. Por eso la mirada está en ver cuál va a ser la decisión que tomen nuestros ganaderos para que esto se lleve a cabo.