Los riesgos de la introducción de fauna exótica
En esta tercera parte de la investigación especial de Zona Campo, el equipo de Veterinaria Romero enmarcó la presencia de jabalíes dentro de una problemática mayor
"El problema de la invasión de jabalíes en los campos de la zona no es, en el fondo, muy diferente al que plantean los castores en el sur, con la salvedad de que en este caso es mucho más grave por la peligrosidad de esta especie", expresó con preocupación el veterinario Carlos Romero, hoy jubilado, y ex director de La Máxima.
Atento la preocupación de productores de la región, Zona Campo entrevistó al profesional, referente en nuestro partido en temáticas de este tipo, y a dos de sus hijos, Agustín y Fernando, que comparten su profesión, en busca de una visión de conjunto sobre un fenómeno que crece exponencialmente: el corrimiento de la fauna silvestre hacia ambientes habitados por el ser humano.
Según Carlos Romero, este fenómeno tiene varias causas, pero quizás la principal de ellas viene de la mano del corrimiento, también, de la frontera humana hacia los ecosistemas silvestres en busca de tierras cultivables y urbanización, empujando a las especies salvajes a buscar nuevos territorios, lo cual se vuelve especialmente problemático cuando estas poblaciones silvestres son, además, exóticas.
"La introducción de especies exóticas por parte del ser humano genera necesariamente un desequilibrio, porque se corre el riesgo de no poder controlar la reproducción al faltar los depredadores naturales. En el caso de los jabalíes, son naturales de Europa, y allí además del ser humano, los controla el coyote, el lince europeo o el oso pardo. En cambio aquí no tienen ese límite", explicó Agustín.
"En el sur tenemos el problema del castor, traído de Norteamérica, imposible de erradicar, que está destruyendo todo lo que es flora, o el visón, que fue introducido y no hay forma de sacarlo. También hay una sobrepoblación de gaviotas cocineras, que no son del todo exóticas por su difusión global, pero atacan a las ballenas, al ganado, los cultivos, la reproducción es incontrolable debido a los basurales abiertos. Siempre el desequilibrio viene por parte del ser humano", remarcó Romero padre.
"Este problema del jabalí comparte elementos en común, pero es mucho más grave porque se trata de animales de mayor porte. Es un animal grande, que produce muchos daños a la producción agrícola, y es peligroso para el hombre y lo animales, y a diferencia de los otros, no tiene un solo depredador natural. Quizás algún puma de los pocos que puedan quedar en la zona serrana, pero fuera de eso, no hay otro", agregó.
La introducción de especies exóticas es, por si sola, un problema por el desequilibrio ecológico que implica. En el caso de los jabalíes, la cuestión adquiere ribetes más graves por la falta de depredador natural, y la alta tasa de reproducción al poder cruzarse con el cerdo doméstico común.
"El jabalí encuentra fácil avanzar porque es un animal fuerte, no lo paran los alambrados, y es omnívoro. Puede vivir de tubérculos, en la sierra, monte o selva, en los pajonales, en lagunas, arroyos. También encuentra fácil la reproducción, puede cruzarse con el cerdo común, no hay barreras que lo detengan, y una hembra puede tener dos pariciones anuales con entre cinco y diez javatos", apuntó Fernando Romero.
"Esta habilidad de la hembra del jabalí tiene dos cuestiones a tener en cuenta. No solamente es una buena madre por la capacidad de criarlos, sino que además los defiende muy bien, una hembra es mucho más peligrosa que una cerca común si siente que su cría está en peligro, por lo cual hay que tener mucho cuidado", enfatizó Carlos Romero.
Según los profesionales, más allá de la peligrosidad que deriva de la fuerza propia de un animal silvestre, esta misma condición los hace huidizos. En general, explicaron, los animales salvajes no enfrentan al ser humano salvo que se sientan amenazados, incluyendo especies peligrosas como la yarará. Cuando son atacados, se defienden mucho más agresivamente, pero lo normal es que busquen escapar.
"La recomendación es no enfrentarlos, y si se los va a cazar, tiene que ser un cazador habilitado legalmente y con experiencia profesional, porque al ser animales tan grandes no se los puede cazar con una carabina común calibre 22, sino que hay que cazarlos con fusil, lo cual es un arma de mayor alcance y peligrosidad en manos no expertas", explicó Agustín Romero.
"También hay quienes cazan con perros, pero los resultados son diferentes. Habitualmente algún perro termina lastimado o muerto, el jabalí destrozado, es un cuadro desagradable, y en verdad la caza no representa una solución al problema porque se mueven en piaras de entre 20 y 30 individuos, y si se logra matar a uno, todos los demás huyen y se dispersan, y con la tasa de reproducción que tienen, cazar a uno es como si nada", agregó su hermano Fernando.
Desde ZonaCampo buscábamos una visión de conjunto y de la mano de los veterinarios Romero pudimos encontrarla. La invasión de jabalíes en la zona se revela como un problema muy complejo enmarcado dentro de un problema mayor y de difícil solución en lo inmediato, por lo cual quisimos cerrar esta nota con alguna recomendación práctica en relación a una práctica cotidiana, que es la utilización de carne de jabalí o de cruza para la facturación casera.
"Muchas de las fotos que han circulado estos días por las redes son de jabalíes cruzados con cerdo común, no se trata de animales puros. Muchas veces los jabalíes machos preñan cerdas domésticas por intrusión, o porque los propios criadores de cerdos los cruzan para obtener carnes más magras y con otro sabor", indicó Agustín Romero.
"Nuestra recomendación es que de ninguna manera dejen de hacer los análisis bromatológicos, ya que no solamente pueden tener triquinosis y las mismas enfermedades que los cerdos comunes, sino también parásitos y otras enfermedades propias de su condición silvestre. No se trata de animales más sanos que los de criadero, sino todo lo contrario", concluyó el profesional.
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
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Atento la preocupación de productores de la región, Zona Campo entrevistó al profesional, referente en nuestro partido en temáticas de este tipo, y a dos de sus hijos, Agustín y Fernando, que comparten su profesión, en busca de una visión de conjunto sobre un fenómeno que crece exponencialmente: el corrimiento de la fauna silvestre hacia ambientes habitados por el ser humano.
Según Carlos Romero, este fenómeno tiene varias causas, pero quizás la principal de ellas viene de la mano del corrimiento, también, de la frontera humana hacia los ecosistemas silvestres en busca de tierras cultivables y urbanización, empujando a las especies salvajes a buscar nuevos territorios, lo cual se vuelve especialmente problemático cuando estas poblaciones silvestres son, además, exóticas.
"La introducción de especies exóticas por parte del ser humano genera necesariamente un desequilibrio, porque se corre el riesgo de no poder controlar la reproducción al faltar los depredadores naturales. En el caso de los jabalíes, son naturales de Europa, y allí además del ser humano, los controla el coyote, el lince europeo o el oso pardo. En cambio aquí no tienen ese límite", explicó Agustín.
"En el sur tenemos el problema del castor, traído de Norteamérica, imposible de erradicar, que está destruyendo todo lo que es flora, o el visón, que fue introducido y no hay forma de sacarlo. También hay una sobrepoblación de gaviotas cocineras, que no son del todo exóticas por su difusión global, pero atacan a las ballenas, al ganado, los cultivos, la reproducción es incontrolable debido a los basurales abiertos. Siempre el desequilibrio viene por parte del ser humano", remarcó Romero padre.
"Este problema del jabalí comparte elementos en común, pero es mucho más grave porque se trata de animales de mayor porte. Es un animal grande, que produce muchos daños a la producción agrícola, y es peligroso para el hombre y lo animales, y a diferencia de los otros, no tiene un solo depredador natural. Quizás algún puma de los pocos que puedan quedar en la zona serrana, pero fuera de eso, no hay otro", agregó.
La introducción de especies exóticas es, por si sola, un problema por el desequilibrio ecológico que implica. En el caso de los jabalíes, la cuestión adquiere ribetes más graves por la falta de depredador natural, y la alta tasa de reproducción al poder cruzarse con el cerdo doméstico común.
"El jabalí encuentra fácil avanzar porque es un animal fuerte, no lo paran los alambrados, y es omnívoro. Puede vivir de tubérculos, en la sierra, monte o selva, en los pajonales, en lagunas, arroyos. También encuentra fácil la reproducción, puede cruzarse con el cerdo común, no hay barreras que lo detengan, y una hembra puede tener dos pariciones anuales con entre cinco y diez javatos", apuntó Fernando Romero.
"Esta habilidad de la hembra del jabalí tiene dos cuestiones a tener en cuenta. No solamente es una buena madre por la capacidad de criarlos, sino que además los defiende muy bien, una hembra es mucho más peligrosa que una cerca común si siente que su cría está en peligro, por lo cual hay que tener mucho cuidado", enfatizó Carlos Romero.
Según los profesionales, más allá de la peligrosidad que deriva de la fuerza propia de un animal silvestre, esta misma condición los hace huidizos. En general, explicaron, los animales salvajes no enfrentan al ser humano salvo que se sientan amenazados, incluyendo especies peligrosas como la yarará. Cuando son atacados, se defienden mucho más agresivamente, pero lo normal es que busquen escapar.
"La recomendación es no enfrentarlos, y si se los va a cazar, tiene que ser un cazador habilitado legalmente y con experiencia profesional, porque al ser animales tan grandes no se los puede cazar con una carabina común calibre 22, sino que hay que cazarlos con fusil, lo cual es un arma de mayor alcance y peligrosidad en manos no expertas", explicó Agustín Romero.
"También hay quienes cazan con perros, pero los resultados son diferentes. Habitualmente algún perro termina lastimado o muerto, el jabalí destrozado, es un cuadro desagradable, y en verdad la caza no representa una solución al problema porque se mueven en piaras de entre 20 y 30 individuos, y si se logra matar a uno, todos los demás huyen y se dispersan, y con la tasa de reproducción que tienen, cazar a uno es como si nada", agregó su hermano Fernando.
Desde ZonaCampo buscábamos una visión de conjunto y de la mano de los veterinarios Romero pudimos encontrarla. La invasión de jabalíes en la zona se revela como un problema muy complejo enmarcado dentro de un problema mayor y de difícil solución en lo inmediato, por lo cual quisimos cerrar esta nota con alguna recomendación práctica en relación a una práctica cotidiana, que es la utilización de carne de jabalí o de cruza para la facturación casera.
"Muchas de las fotos que han circulado estos días por las redes son de jabalíes cruzados con cerdo común, no se trata de animales puros. Muchas veces los jabalíes machos preñan cerdas domésticas por intrusión, o porque los propios criadores de cerdos los cruzan para obtener carnes más magras y con otro sabor", indicó Agustín Romero.
"Nuestra recomendación es que de ninguna manera dejen de hacer los análisis bromatológicos, ya que no solamente pueden tener triquinosis y las mismas enfermedades que los cerdos comunes, sino también parásitos y otras enfermedades propias de su condición silvestre. No se trata de animales más sanos que los de criadero, sino todo lo contrario", concluyó el profesional.
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