Avances en los estudios sobre malezas resistentes en la región
La Facultad de Agronomía de Azul presenta los primeros resultados realizados sobre la población de nabo silvestre resistente al herbicida 2,4-D en la región
El proceso de agriculturización iniciado hacia la década del 70, se ha manifestado en la intensificación de la producción y en la expansión territorial de los cultivos, con la práctica de la siembra directa. Con la difusión de este modelo productivo, algunos factores como la escasez de rotación debido al predominio del cultivo de soja, el uso de glifosato en muchos casos como única herramienta de control, la gran superficie agrícola bajo arrendamiento de corto plazo y la ausencia de monitoreo de los lotes han acentuado el problema de la resistencia de las malezas a los tratamientos de control.
La eficiencia del glifosato sobre los cultivos lo convirtió en un insumo indispensable para los productores, generando la disminución de desarrollos de nuevos productos por parte de la industria. Esta falta de alternativas al glifosato se evidencia con la acentuación de la resistencia de algunas malezas que obliga a volver a viejas fórmulas.
El nabo silvestre es una maleza típica de todas las zonas agrícolas del país que vegeta durante primavera-verano en cultivos de verano pero que invade lotes de trigo y cebada y está presente en barbechos invernales. Considerando estas características de la maleza y la existencia de una población resiste al herbicida 2,4-D en campos de la región, como parte de un proyecto de investigación, el Grupo de Terapéutica Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires ha impulsado un estudio como parte del trabajo desde la cátedra de la Facultad de Agronomía de la UNICEN. Se cosechó la semilla para su cultivo en laboratorio para realizar pruebas de dosis/respuesta para este nabo, con tratamientos con 2,4-D. "El estudio permitió estimar que se necesita cuadruplicar la dosis de 2,4-D para poder controlar a esa población" indicó el Ing. Agr. Víctor Juan, Docente e investigador de la unidad académica, en un adelanto de lo que se verá en el Programa.
En general, las estrategias de control se basan en el uso de uno o de muy pocos herbicidas que, utilizados en forma sistemática, simplifican las tareas de control y hacen que las malezas generen mayor resistencia. Para evitarlo es importante llevar a cabo rotaciones de cultivos, emplear variedades de rápido crecimiento, en pos de acelerar el cierre del surco, y sembrar cultivos de cobertura que demoren o reduzcan el nacimiento de las malezas.
www1.faa.unicen.edu.ar
“La fina viene muy bien pero para que se concrete en los rindes es clave el monitoreo continuo”
El ingeniero agrónomo Ricardo Silvestro, de la firma Rindes y Cultivos DAS, analiza la campaña de trigo y cebada. Explica cómo los vaivenes de clima afectaron a los cultivos y la importancia de las aplicaciones preventivas para controlar enfermedades
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La eficiencia del glifosato sobre los cultivos lo convirtió en un insumo indispensable para los productores, generando la disminución de desarrollos de nuevos productos por parte de la industria. Esta falta de alternativas al glifosato se evidencia con la acentuación de la resistencia de algunas malezas que obliga a volver a viejas fórmulas.
El nabo silvestre es una maleza típica de todas las zonas agrícolas del país que vegeta durante primavera-verano en cultivos de verano pero que invade lotes de trigo y cebada y está presente en barbechos invernales. Considerando estas características de la maleza y la existencia de una población resiste al herbicida 2,4-D en campos de la región, como parte de un proyecto de investigación, el Grupo de Terapéutica Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires ha impulsado un estudio como parte del trabajo desde la cátedra de la Facultad de Agronomía de la UNICEN. Se cosechó la semilla para su cultivo en laboratorio para realizar pruebas de dosis/respuesta para este nabo, con tratamientos con 2,4-D. "El estudio permitió estimar que se necesita cuadruplicar la dosis de 2,4-D para poder controlar a esa población" indicó el Ing. Agr. Víctor Juan, Docente e investigador de la unidad académica, en un adelanto de lo que se verá en el Programa.
En general, las estrategias de control se basan en el uso de uno o de muy pocos herbicidas que, utilizados en forma sistemática, simplifican las tareas de control y hacen que las malezas generen mayor resistencia. Para evitarlo es importante llevar a cabo rotaciones de cultivos, emplear variedades de rápido crecimiento, en pos de acelerar el cierre del surco, y sembrar cultivos de cobertura que demoren o reduzcan el nacimiento de las malezas.
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