El Gobierno y el campo: de las primeras caricias de Milei a los palos de Francos y Caputo
Con las recientes declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, y del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la relación entre el gobierno de Milei y el agro se tensan y las entidades se preguntan si esta administración entiende realmente la importancia del sector y ya se formulan la preguna: ¿libertarios, pero contra el agro?"
Desde su asunción, Javier Milei viene dando algunas "caricias" al sector agropecuario, con gestos que parecían indicar una nueva era de colaboración entre el gobierno y el campo. Sin embargo, hasta el momento, estas señales han sido más simbólicas que concretas, lo que ha generado una creciente inquietud entre los productores. En este contexto, las recientes declaraciones de dos figuras clave de su gabinete, Caputo y Francos, han provocado una fuerte reacción en el sector agropecuario. ¿A qué responde esta tensión? ¿Es una estrategia deliberada de provocación o, más bien, un reflejo de desconocimiento sobre los desafíos y la dinámica del sector?
El desencuentro con Caputo y Francos
El último capítulo de esta controversia comenzó con una respuesta en redes sociales del ministro de Economía, Luis Caputo, quien al ser cuestionado sobre las retenciones, respondió de manera irónica, desestimando la frustración del productor y sugiriendo que debía "ver Chapaleufú y correr carreras". Este comentario fue considerado como una burla y un insulto por entidades rurales del norte de Buenos Aires, que calificaron la respuesta de Caputo como "una insolencia improcedente". La percepción es que, en lugar de abordar las problemáticas del sector, Caputo optó por el sarcasmo, subestimando el impacto de las políticas fiscales en el agro.
En paralelo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sumó leña al fuego durante un acto en Córdoba al insinuar que "había muchas silobolsas sin liquidar". La acusación, lanzada en tono casual, fue interpretada como una crítica directa al sector y provocó una rápida reacción de las entidades rurales de Córdoba, que acusaron al funcionario de retrotraer al país a un esquema de intervención que el propio gobierno de Milei prometió dejar atrás. Francos cuestionó a los productores por sus decisiones de almacenamiento sin reconocer los factores que impulsan esa práctica: precios internacionales, retenciones y una presión fiscal asfixiante.
¿Provocación o incomprensión?
Estos intercambios exponen una desconexión entre el Gobierno y el campo. Si bien la administración de Milei se autodefine como defensora de la propiedad privada y la libertad económica, las recientes declaraciones de sus funcionarios parecen contradecir este discurso. Para muchos, la actitud de Caputo y Francos no es solo una falta de empatía, sino una provocación que busca desafiar abiertamente al agro. Resulta llamativo que un gobierno que necesita del campo como aliado para estabilizar la economía insista en apuntar contra él, con comentarios que parecen querer abrir un nuevo frente de conflicto.
Es posible que estos dichos sean una estrategia para marcar una distancia ideológica con los sectores agropecuarios y alinear al Gobierno con ciertos sectores urbanos que ven al agro como un sector privilegiado. Otra interpretación podría ser que los funcionarios desconocen la realidad del campo y subestiman su relevancia económica y social. De cualquier manera, estas declaraciones son vistas por los productores como una afrenta y un desconocimiento de su rol en la economía argentina.
El campo responde
Lejos de quedarse en silencio, las entidades rurales han hecho escuchar su voz, exigiendo respeto y un cambio de actitud. Recordaron que el agro es el sector que, año tras año, sigue aportando divisas genuinas para sostener la economía nacional y que, como bien indicaron las entidades de la Mesa de Enlace de Córdoba, la liquidación de granos responde a decisiones estratégicas en un contexto de inestabilidad económica. Datos recientes de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) respaldan esta postura, con un aumento del 243% en las liquidaciones de divisas en octubre en comparación al mismo mes del año anterior.
El dilema de un gobierno en conflicto con el agro
¿Por qué un gobierno que necesita el apoyo del campo para generar crecimiento económico adopta una postura conflictiva? Quizás, las respuestas pueden encontrarse en una combinación de estrategia política y desinformación. Si bien el gobierno de Milei afirma respetar la libertad económica, sus funcionarios parecen envueltos en una narrativa que vuelve a posicionar al campo como el "villano" de la economía, una postura que se asocia más a gobiernos intervencionistas.
El sector agropecuario, por su parte, continúa con su actividad, aunque bajo una presión fiscal que limita su crecimiento. Las respuestas de los funcionarios solo parecen agudizar una fractura en la relación entre el campo y el Gobierno, poniendo en duda la tan proclamada libertad económica que la administración de Milei dice defender.
Intensificación Ganadera, el tema de "La Ganadería que Viene 2025"
"Hasta dónde, hasta cuándo, hasta cuánto" son las preguntas que funcionarán como eje en la edición 2025 de uno de los eventos ganaderos más importantes del centro de la provincia. el 11, 12 y 13 de junio de 2025 serán tres días a pura ganadería;, con charlas de reconocidos disertantes, muestras dinámicas ganaderas y forrajeras, cursos gratuitos, una peña de bienvenida, un after de cierre y hasta un remate de hacienda, todo con entrada libre y gratuita.
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El desencuentro con Caputo y Francos
El último capítulo de esta controversia comenzó con una respuesta en redes sociales del ministro de Economía, Luis Caputo, quien al ser cuestionado sobre las retenciones, respondió de manera irónica, desestimando la frustración del productor y sugiriendo que debía "ver Chapaleufú y correr carreras". Este comentario fue considerado como una burla y un insulto por entidades rurales del norte de Buenos Aires, que calificaron la respuesta de Caputo como "una insolencia improcedente". La percepción es que, en lugar de abordar las problemáticas del sector, Caputo optó por el sarcasmo, subestimando el impacto de las políticas fiscales en el agro.
En paralelo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sumó leña al fuego durante un acto en Córdoba al insinuar que "había muchas silobolsas sin liquidar". La acusación, lanzada en tono casual, fue interpretada como una crítica directa al sector y provocó una rápida reacción de las entidades rurales de Córdoba, que acusaron al funcionario de retrotraer al país a un esquema de intervención que el propio gobierno de Milei prometió dejar atrás. Francos cuestionó a los productores por sus decisiones de almacenamiento sin reconocer los factores que impulsan esa práctica: precios internacionales, retenciones y una presión fiscal asfixiante.
¿Provocación o incomprensión?
Estos intercambios exponen una desconexión entre el Gobierno y el campo. Si bien la administración de Milei se autodefine como defensora de la propiedad privada y la libertad económica, las recientes declaraciones de sus funcionarios parecen contradecir este discurso. Para muchos, la actitud de Caputo y Francos no es solo una falta de empatía, sino una provocación que busca desafiar abiertamente al agro. Resulta llamativo que un gobierno que necesita del campo como aliado para estabilizar la economía insista en apuntar contra él, con comentarios que parecen querer abrir un nuevo frente de conflicto.
Es posible que estos dichos sean una estrategia para marcar una distancia ideológica con los sectores agropecuarios y alinear al Gobierno con ciertos sectores urbanos que ven al agro como un sector privilegiado. Otra interpretación podría ser que los funcionarios desconocen la realidad del campo y subestiman su relevancia económica y social. De cualquier manera, estas declaraciones son vistas por los productores como una afrenta y un desconocimiento de su rol en la economía argentina.
El campo responde
Lejos de quedarse en silencio, las entidades rurales han hecho escuchar su voz, exigiendo respeto y un cambio de actitud. Recordaron que el agro es el sector que, año tras año, sigue aportando divisas genuinas para sostener la economía nacional y que, como bien indicaron las entidades de la Mesa de Enlace de Córdoba, la liquidación de granos responde a decisiones estratégicas en un contexto de inestabilidad económica. Datos recientes de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) respaldan esta postura, con un aumento del 243% en las liquidaciones de divisas en octubre en comparación al mismo mes del año anterior.
El dilema de un gobierno en conflicto con el agro
¿Por qué un gobierno que necesita el apoyo del campo para generar crecimiento económico adopta una postura conflictiva? Quizás, las respuestas pueden encontrarse en una combinación de estrategia política y desinformación. Si bien el gobierno de Milei afirma respetar la libertad económica, sus funcionarios parecen envueltos en una narrativa que vuelve a posicionar al campo como el "villano" de la economía, una postura que se asocia más a gobiernos intervencionistas.
El sector agropecuario, por su parte, continúa con su actividad, aunque bajo una presión fiscal que limita su crecimiento. Las respuestas de los funcionarios solo parecen agudizar una fractura en la relación entre el campo y el Gobierno, poniendo en duda la tan proclamada libertad económica que la administración de Milei dice defender.
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